En un reciente artículo de The Spinoff, se analizó la encuesta de población empleada en hogares de Nueva Zelanda, realizada por Stats NZ, sobre el desempleo durante el primer trimestre de la pandemia, terminado en junio. En este informe estadístico se presentan figuras que revelan un gran problema en el mercado laboral de Nueva Zelanda, donde las mujeres fueron desproporcionalmente despedidas durante la pandemia.
Es necesario aclarar que la mujer, dentro de la fuerza laborar, ha sido la menos afectada en tiempos de crisis y guerra. Esto es porque la mujer entró al campo laboral de manera formal durante tiempos similares. Por ejemplo, durante la Primera y Segunda Guerra Mundial la mujer surge como una solución a la falta de mano de obra en fábricas debido a que los hombres iban a servir a los distintos ejércitos; en este momento surge la mujer obrera y trabajadora en el cociente occidental. Precisamente, Vergara, en su articulo del Spinoff menciona que en tiempos de la Segunda Guerra Mundial, la fuerza laboral femenina se estimó en 180.000.
El numero de mujeres en el mercado laboral se esperaba aumentar gradualmente en tiempos de paz, sin embargo, en 1943 se estimó que 228.000 mujeres estaban empleadas en Nueva Zelanda. Esto constituye un aumento dramático de la mujer en la fuerza laboral y en sectores que estaban dedicados a hombres como las fábricas.
Durante los años 80 y 90, con la reestructuración de la economía al neoliberalismo por el partido gobernante de momento, Labour, se vió cómo la fuerza laboral femenina no fue tan afectada y mantuvo niveles estables de empleo a diferencia de la fuerza laboral masculina. Sin embargo, las reestructuraciones económicas en ese momento estaban mucho más enfocadas en sectores del mercado predominantemente masculinos, por esto, la recesión en aquel momento afectó mucho más a hombres que a mujeres.
A pesar de ello, los 50 días de cuarentena en nivel 3 y 4 que tuvo Nueva Zelanda, revelan lo opuesto de quiénes han sido realmente los más afectados en la crisis. Esto se debe a que 60% de vendedores y 70% de empleados en la industria de la hospitalidad son mujeres.
La pandemia causó un paro en muchos de estos negocios y desde la finalización de la cuarentena en nivel 3 y 4, los sectores de la hospitalidad, de atención al cliente, restaurantes y retail se han recuperado. No obstante, los desafíos que trae el operar a media capacidad, por los cambiantes niveles de cuarentena, hacen que estos negocios mantengan un equipo de menor tamaño en rotación y por ende se produzcan más despidos.
El reporte trimestral de Stats NZ, de abril a junio de 2020, muestra que la tendencia en empleo cayó un 0.4%. Esto significa 11 mil personas desempleadas en este tiempo, de las cuales 10 mil son mujeres, en su mayoría del sector de hospitalidad. Los números son preocupantes, ya que esto representa que el 90% de desempleados en estos meses son mujeres.
Según estas tendencias económicas, el Gobierno se enfrenta a una realidad de disparidad en empleo entre hombres y mujeres. No sólo esto, sino que los empleos de hospitalidad, en general, son menor recompensados que empleos en otros sectores, y son mayormente ocupados por inmigrantes.
En estas elecciones deberíamos esperar una respuesta a estos números y a las situaciones precarias que se producen en muchas comunidades al rededor del país.
