Según Winston Peters, Vice-Primer Ministro de Nueva Zelanda, los kiwis que pagan sus impuestos no pueden mantener a los inmigrantes que han perdido sus trabajos. Por lo tanto, deberían volverse a casa.
Las duras palabras del Vice Primer Ministro y Ministro de Relaciones Exteriores, Winston Peters, se escucharon hoy a la mañana en la conferencia que se llevó a cabo en el Parlamento en relación a la dura realidad que enfrentan algunos inmigrantes. La escasez de trabajo se ha acentuado luego del inicio de la cuarentena a causa de la amenaza del COVID-19.
En concreto, Peters dijo que si la situación de los inmigrantes ha cambiado drásticamente para peor en estos últimos tiempos, lo mejor que pueden hacer es volverse a casa, puesto a que “50.000 ya lo hicieron”. Dicha repatriación se dio luego de que el Gobierno se contactase con cada embajada , ayudando a organizar con alguna de ellas los vuelos de regreso.
Cabe recalcar que Kiwis inmigrantes están pasando por la misma situación en otros países y ya 80.000 pudieron volverse al país. De hecho, un vuelo de Sudáfrica partió hoy a la mañana para repatriar a otro grupo de neozelandeses.
Según el Ministro, ha habido miles de llamadas de extranjeros sin trabajo atrapados en el país pidiendo acceso al sistema de beneficios de Nueva Zelanda.
Sólo el Ejército de Salvación ha aumentado un 600% en la demanda por sus servicios a nivel nacional desde que se inició la cuarentena. Por otra parte, el equipo de emergencia del Consejo del Distrito de Queenstown, ha tenido más de 7000 pedidos de ayuda debido a la dura situación.
Peters dijo que repatriar a todos los inmigrantes que están pasando por esta falta momentánea de trabajo es un costo que Nueva Zelanda no puede afrontar por ahora y por eso su “invitación” a que abandonen el país de forma voluntaria. “Defensa Civil hizo todo lo que tiene a su alcance para ayudarlos”, afirmó.
“Sólo voy a decirle a la gente lo siguiente: no es justo que gente que ha permanecido en el país más allá de lo que sus visas lo permiten diga, ‘Tomé una decisión, este es mi hogar ahora’?” dijo el Vice Primer Ministro en comunicación con Newstalk ZB.
Igualmente, dijo considerar la posibilidad de ayudar a repatriar a todos los extranjeros sin empleo estable, puesto que esto sería más barato para el contribuyente, que estar manteniendo su permanencia año tras año.
Cuando le consultaron si no pensaba que fue Nueva Zelanda quien invitó a los inmigrantes a instalarse en el país para trabajar, Peters contestó: “Bueno, en realidad vinieron por voluntad propia, nosotros no los obligamos a venir”.
Por otro lado, la Jefa de Derecho Comunitario, Sue Moroney, del partido Labour, le pidió al Gobierno ayuda para apoyar a los trabajadores inmigrantes cuyas visas se encuetran en el ‘limbo’ luego de haber perdido sus trabajos. Se le ha pedido a la Ministro de Desarrollo Social, Carmel Sepuloni, que active una provisión especial epidémica bajo la Sección 14 del Acta de Seguridad Social para proveer de beneficios a la gente que usualmente no califica.
Algunos trabajadores están corriendo el riesgo de perder sus aplicaciones de residencia por la falta de trabajo mientras que otros apenas pueden cubrir los gastos básicos tales como alimento y un techo.
De acuerdo con una secretaria de la oficina de Inmigraciones no hay un número exacto de extranjeros que han perdido sus trabajos, pero hay 41.945 portadores de visa que expiraran antes del final de Septiembre del 2020.
“Esa no es una forma muy humanitaria de dirigirse a personar atrapadas aquí, quienes se encuentran sin acceso a un ingreso fijo”, se diferenció Sue Moroney.
A su vez, el Gobierno busca flexibilizar temporalmente la ley migratoria durante la crisis del COVID-19.
El proyecto de ley de la Enmienda de Migraciones tuvo su primer leída la semana pasada y de aprobarse permitiría lo siguiente:
- Imponer, variar o cancelar las condiciones para los portadores de visas temporales.
- Variar o cancelar las condiciones para los titulares de visas de residente.
- Extender las fechas de vencimiento de visas para clases de personas.
- Otorgar visas a individuos y clases de personas en ausencia de una solicitud.
- Renunciar a los requisitos reglamentarios para ciertas clases de aplicación.
- Renunciar al requisito de obtener una visa de tránsito.
- Suspender la capacidad de presentar solicitudes de visas o presentar expresiones de interés para solicitar visas por clases de personas.
- Revocar el permiso de entrada de las personas que llegan en aviones privados o embarcaciones marinas (para alinearlos con las personas que llegan en vuelos comerciales, a quienes ya se les puede negar la entrada).