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Australia y Nueva Zelanda, hogares de diversidad

Australia se convierte año tras año en el hogar de cientos de migrantes que llegan a su destino en busca de nuevas oportunidades. Los inmigrantes desempeñan un papel multifacético y vital en la economía australiana, contribuyendo a su crecimiento y dinamismo. Lo mismo ocurre con Nueva Zelanda.

Una población que envejece requiere una fuerza laboral más joven para mantener el impulso económico. Los inmigrantes cualificados ayudan a abordar esta cuestión, retrasando la carga del envejecimiento de la población y manteniendo el dinamismo económico. Además de eso, los inmigrantes contribuyen significativamente a través de impuestos. Su gasto en consumo impulsa la demanda en diversos sectores, estimulando la actividad económica y la creación de empleo.

Foto: – FreePik

Los inmigrantes traen a Australia y Nueva Zelanda nuevas perspectivas, diversas habilidades y espíritu emprendedor. Esto puede conducir a la creación de nuevas empresas, el desarrollo de productos y servicios innovadores y el impulso de la competitividad económica general. Lo que favorece no sólo el crecimiento económico a través de nuevas formas de empleo, sino que también contribuye al intercambio por mejores resultados. Es así como se actualiza la cultura local con la de las comunidades que llegan al país y viceversa.

Existen algunos datos estadísticos que permiten entender por qué la comunidad migrante se ha convertido en un sector poblacional clave para la economía de Down Under. Según las estadísticas recopiladas por la Oficina de Estadísticas de Australia en agosto de 2021, había 3 millones de inmigrantes permanentes en Australia que llegaron desde 2000 y 1.6 millones de titulares de visas temporales. Mientras tanto, en Nueva Zelanda, se tienen datos de que en 2021 alrededor del 19% de los habitantes han nacido en el extranjero.

La edad promediio de la población que ha obtenido ciudadanía en Australia es de 38 años, en comparación con los 42 años de los nacidos en dicho país. Los inmigrantes tienen una tasa de participación en la fuerza laboral más alta que los residentes nacidos en Australia (66% frente a 63%). Lo que revela que los migrantes forman parte del grupo de edad productivo para el sistema y que sus condiciones de vida hacen que su inserción al mercado laboral sea continua.

Un equipo internacional y feliz de trabajar. Foto: Cortesía de Cristopher Castillo Delgado

También desempeñan un papel vital en diversos sectores de la economía australiana, contribuyendo con sus habilidades, experiencia y perspectivas culturales para impulsar el crecimiento y la innovación. Entre los sectores donde se integran los migrantes podemos encontrar: salud, construcción, agricultura, tecnologías de la información, hotelería y turismo.

Un informe del McKinsey Global Institute de 2015 estimó que los 247 millones de migrantes transfronterizos del mundo aportaban el 9.4% del PIB mundial, o aproximadamente 6.7 billones de dólares. En el contexto de Australia, esto se traduce en una contribución potencial de cientos de miles de millones de dólares al PIB nacional.

Foto: Cortesía de Cristopher Castillo Delgado en Ormond Nurseries

La Comisión Australiana de Productividad estimó en 2017 que la inmigración contribuye alrededor del 0.5% al crecimiento anual del PIB. Si bien parece pequeño, esto se traduce en miles de millones de dólares con el tiempo y refleja el impacto a largo plazo de los inmigrantes en la economía.

Productividad y aprendizaje. Foto: Cortesía de Cristopher Castillo Delgado

En Nueva Zelanda, los inmigrantes ayudan a llenar vacíos de habilidades cruciales en varios sectores, incluidos la atención médica, la tecnología de la información, la construcción y la agricultura. También establecen empresas, crean empleos y generan actividad económica. Según el sitio web oficial del gobierno de Nueva Zelanda los estudiantes internacionales aportan alrededor de 2 mil millones de dólares al año en divisas a través de tasas de matrícula y gastos de manutención. El turismo receptor, facilitado por una fuerza laboral más grande y diversa en el sector turístico, genera aproximadamente 9 mil millones de dólares cada año.


Sin embargo, muchas veces la llegada de personas también expone ciertas dificultades del sistema laboral como explotación, falta de capacitación, trabajo ilegal. También la afluencia de inmigrantes calificados a veces puede deprimir los salarios de ciertas ocupaciones, particularmente en trabajos menos calificados. Cuestiones que implican nuevos desafíos en un mundo globalizado. Es importante recordar que las experiencias de los migrantes en diferentes sectores pueden variar. Algunos enfrentan desafíos como barreras lingüísticas, discriminación y explotación. Sin embargo, con políticas gubernamentales efectivas, apoyo comunitario y prácticas laborales justas, Australia puede garantizar que todos los inmigrantes tengan la oportunidad de prosperar y contribuir con sus talentos únicos a la prosperidad de la nación.

IA Imagen: Paloma Mora Guerrero / Krea

El papel de los inmigrantes en la economía australiana y neozelandesa es un tema complejo y en evolución. Aunque sigue siendo un tema controvertido para los ciudadanos australianos, es un tema interesante en el que trabajar. Sobre todo porque las experiencias pueden aportar una visión más integral.


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