La cita fue en el lobby de un hotel en el corazón de la ciudad de Auckland, allí estaba él en un derroche de carisma, saludando a su paso a los compatriotas viajeros que lo reconocían y a cada uno les dedicaba un momento que parecía muy familiar, sonrisas, fotos y chistes además de unos mates para calentar la mañana.
Comenzamos hablando de una de sus grandes aficiones, la música, en la que se ha destacado en género del jazz y el blues. Así como su incursión en la música es una parte muy íntima, lo es su faceta de aventurero que comenzó seguramente después de vencer la muerte en su adolescencia y que le ha llevado a darle la vuelta al mundo y a conquistar la cumbre del Monte Everest; porque así es Facundo Arana, un hombre que degusta la vida y con el cual no se puede tener una charla simple, pues a cada pregunta le sigue una reflexión que habla de la familia (está casado con la modelo María Susini con quien son padres de India, Yaco y León Moro), la patria y el vivir la vida de un modo intenso.
“No pasan demasiando años antes de que uno se dé cuenta de cómo uno quiere vivir sus días en la tierra, en el momento en que te mueres nadie te va a acompañar en el cajón, te van a meter solito en el cajón, ni siquiera con ropa y te van a mandar al fondo de la tierra de donde se te va a despojar de hasta de la carne de tu cuerpo, entonces uno tiene que elegir como va a vivir esta vida y yo quiero vivirla con pasión, con adrenalina, con ganas con mucha pasión y yo elijo vivir así y si alguien quiere ponerse en frente a decirme que yo no debo vivir así lo invito a que pruebe”.
Conocedor del mundo, le ha dado la vuelta al globo “Pero sin querer, casi sin planearlo” visitando China, Nepal, Venezuela, Madagascar, Mozambique, Sudáfrica, Rusia… “todavía no fui a Colombia pero seguro iré un día” dice.
Le pregunto por el lugar más lindo del mundo para él y sus ojos azules se iluminan: “El lugar más lindo del mundo es una sensación, es la sensación de que cuando vos estas en un lugar muy bello, saber que tenés a donde volver y que el lugar más lindo del mundo está en tu casa o donde están tus chicos, o tu mujer o tu compañero… ahí, ese es el lugar más lindo del mundo”.
¿El momento más lindo del mundo? “Cuando estas ponele, en la cumbre del Everest y te das cuenta que tenés a donde volver y a quien abrazar, tener a quien contarle, tener con quien compartirlo, incluso con uno mismo, entonces allí están y después el mundo es una belleza”.
Viaje a las Antípodas
Invitado por una agencia de viajes argentina, su espíritu aventurero lo llevo a involucrarse en el diseño de un tour diferente, que se acercara a su personalidad y su experiencia y esto lo compartió con los más de 30 viajeros que lo acompañaron en una travesía de 14 días por Nueva Zelanda y Australía.
Invitado por una agencia de viajes argentina, su espíritu aventurero lo llevo a involucrarse en el diseño de un tour diferente, que se acercara a su personalidad y su experiencia y esto lo compartió con los más de 30 viajeros que lo acompañaron en una travesía de 14 días por Nueva Zelanda y Australía.
“Me dijeron que querían que hiciéramos algo juntos, entonces le dije ok, armemos un paquete que permita que vayamos a varios lugares en el mundo, me dijeron que tenían programado un viaje a Nueva Zelanda, les dije a ver mostrámelo, lo peinamos un poco para que no fuera inflexible, más tranquilo, entre excursiones vas y te podés sentar en un parque y te tomás un mate, descansas, un viaje “chill”… les dije me voy a ir con Maria, que es mi compa y lo pusieron a la venta y se agotó (…) estamos disfrutando muchísimo de este viaje”.
Su travesía comenzó en Rotorua, ciudad ancestral de los Maori, conocida por la actividad geotermal que le da un característico olor, además de sus geyser que llegan a alcanzar los 30 metros de altura y que tintan los lagos como en el Wai O Tapu en el que se pueden observar las hermosas tonalidades que los minerales crean, toda una obra de arte natural, piscinas de barro hirviendo y sobre todo por la posibilidad de presenciar los rituales de los herederos de los guerreros de antaño.
“Yo estoy absolutamente extasiado con los paisajes de Nueva Zelanda, conocí un geiser por primera vez en mi vida, yo no sabía cómo era, poder ver las cuevas de Waitomo, poder ir a Rotorua y que el olor no me moleste porque viene de la tierra es loco, no es como estar en una curtimbre que el olor que viene es olor a muerte, es el olor a la vida de la tierra, que nos queda enorme a todos. Son toda estas cosas las que me apasionan”.
Como todo un buen viajero se tomó fotografías en la villa de los Hobbits, llegó en helicóptero hasta la White Island, donde pudo apreciar de primera mano uno de los pocos volcanes accesibles que hay en el mundo, se extasió con los gusanos luminosos de las cuevas de Waitomo y todo siempre sin perder la simpatía con sus acompañantes quienes no dejaban en un momento de divertirse, sacarse fotos y pidiéndole autógrafos al famoso actor.
A la pregunta cuál fue su impresión de Nueva Zelanda miró por la ventana y señaló: “Mira, no hemos escuchado una bocina desde que estamos acá ¿te diste cuenta? La única bocina que escuché fue la del ferry que le tuvo que tocar bocina a un velero que venía medio descontrolado que se ve que tenía un timonel con poca experiencia y el barco le hizo un llamado de atención con dos bocinas muy cortas, después no escuché bocina alguna… gritos, tampoco escuche desde que llegué. La gente más amable y orgullosa de su Nueva Zelanda no puede ser y el dato que aprendí es que es el tercer país con menos corrupción del mundo, entones imagínate que estoy acá y que no tengo que mantener la guardia en alto, siento que nadie va a venir a sacarme nada… esas cosas son las que me apasionan por completo, es una lástima que me llame poderosamente la atención pero me da mucho gusto saber que es posible, es posible”. Sonrió.