<<< El día que llegue a Auckland por primera vez bajé del bus y pasó caminando.
Durante 11 años nunca vi hacia dónde iba o de dónde venía, simplemente camina.
En Buenos Aires solía quedarme con mis amigos del barrio
hablando en la esquina hasta la madrugada,
todas las noches pasaba la señora de los gatos,
siempre cargando una bolsa en cada mano y 20 gatos siguiéndola por las calles,
tampoco supimos hacia dónde iba.
Creo que cada ciudad tiene sus misterios en la gente. >>>
El caminante
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