Todos tenemos la posibilidad de encontrar nuestra vocación, unos en trabajos reconocidos y otros en aquellos que son muy importantes pero no tienen mayor visibilidad. A mi parecer, descubrir esa pasión es de los retos más grandes para el cual no nos educan, por el contrario muchos creemos haber descubierto nuestra vocación, pero al final te das cuenta de que solo fue un mal entendido.
El caso de Giovanny Basabe, destacado sonidista colombiano, es muy particular porque encontró su vocación en uno de los trabajos que según él es de los menos reconocidos en el medio audiovisual; Hoy, durante una visita en Miami nos recibe para hablarnos más sobre su profesión, algunas anécdotas y compartir un consejo para aquellos que aún están en la búsqueda de aquello que mueve su espíritu.
Eliana (E) ¿Cómo empezó esta historia?
Giovanny (G): Todo empezó cuando a un amigo lo llamaron para hacer una película que se llama “Buscando a Miguel” de los mismos realizadores y productores de la “Vendedora de Rosas”; necesitaban otro asistente de producción adicional, pero era más como una especie de practicante, entonces mi amigo me preguntó que si quería participar. Y bueno, pensé que era un cortometraje sencillo, resultó ser una producción con un buen presupuesto y con gente muy destacada en el medio.
E: ¿Cómo descubriste que esta era tu vocación?
G: La vocación fue un gusto adquirido a través de los años; siempre me interesó la manera como se hacían las películas; cuando inicié escuchaba que nadie quería hacer sonido porque es muy complicado entonces siempre me causó curiosidad y después que empecé a trabajar en el sonido me gustó un montón.
E: ¿Qué te enamoró de la profesión?
G: El sonido es una fábrica de generar emociones; con un efecto de sonido, un diálogo o una música te puedo hacer llorar, reír o asustar. Además, los montajes del sonido directo y trabajar de la mano con el director en los proyectos más grandes ¡es increíble!
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E:¿Qué es lo más complicado del trabajo?
G: Estar lejos de la familia; eso siempre está ahí latente todo el tiempo porque en cualquier momento te suena el teléfono y te sale un proyecto fuera de tu ciudad o fuera de tu país; después, hay otras complicaciones a nivel técnico, pero son gajes del oficio.
E:¿Por qué llegaste a NZ?
G: Nueva Zelanda es un país que siempre me llamó la atención desde la niñez, supe del verde de sus paisajes, sus ovejitas, me parecía visualmente muy lindo. Decidimos con mi esposa Victoria ir a hacer un curso de inglés y tomar unas vacaciones; además, que nos venía bien el curso porque en ese momento habían una serie de proyectos para los que se necesitaba un nivel de inglés; pero nos” agarró” la pandemia allá e hizo un cambio absolutamente en todo.
E: Una anécdota
G: Anécdotas un montón, pero una de las que más me marcó fue cuando llegué a Argentina y al poco tiempo me llamaron para ir a hacer “Pérdidos en la Tribú”, un reality para la televisión Chilena que se rodó en Namibia, África, allí tuve la oportunidad de ir y convivir con una tribú, conocer sus actividades, manera de ser, de pensar y de cómo se manejan, gente que no tiene absolutamente nada en un lugar inhóspito y son más amables que cualquier persona que puedas llegar a tratar del occidente, el haber vivido esta experiencia fue a nivel personal y profesional muy lindo.
E: ¿Qué le dirías a las personas que están en búsqueda de su vocación?
G: La vocación hay que buscarla, yo creo que se hace desde la infancia, ya sea porque de niño viste un cohete irse a la luna y quieres ser astronauta o viste un jugador de fútbol muy bueno y quieres ir por ese lado, va muy de la mano de los gustos cuando eras niño.