El pasado lunes un hombre de 63 años que retornaba a Nueva Zelanda desde un país del Pacifico, murió en Auckland en una de las instalaciones de aislamiento gestionado por el Gobierno.
Hasta el momento no está claro de qué país del Pacífico llegó el hombre o cuánto tiempo había estado en aislamiento controlado.
Crédito imagen: Sylvie Whinray.
El subdirector ejecutivo de aislamiento gestionado y cuarentena (MIQ), Andrew Milne, aclaró a los medios que el infortunio tuvo lugar en el hotel Grand Millenium Auckland y aclaró que la persona en cuestión no presentaba signos de COVID-19 positivo. También aclaró que no se harían más comentarios por el momento ya que ahora es una investigación forense.
“El repatriado no mostró síntomas relacionados con COVID-19 durante sus controles de salud diarios anteriores. La muerte ha sido remitida a un forense y nuestros pensamientos están con la familia del retornado en este triste momento”, sostuvo Milne.
Se tiene entendido que ayer se pidió a las personas en aislamiento controlado en el Grand Millennium Auckland que permanecieran en sus habitaciones durante algún tiempo. Las circunstancias de la muerte del hombre no se han revelado.
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