El pasado 25 de noviembre, en distintos puntos de Argentina y Latinoamérica, se realizaron manifestaciones para conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Dentro de las reivindicaciones expresadas estaban las demandas de garantías para tener una vida libre y segura, el apoyo a la ley de aborto (a tratarse esta semana en el Congreso de la Nación), separación iglesia de Estado, repudio a la violencia machista y a los femicidios en el país, y en el mundo.
Se pudieron ver los colores morado, representativos del feminismo, y el verde en favor a la legalización del aborto, ambos representados en pañuelos, banderas y pancartas.
En el año 2018, el proyecto de despenalización del aborto llegó al Congreso argentino, pero luego de aprobarse en cámara de diputados, no fue aprobada en el Senado por escaso margen; este año, el Ejecutivo, a cargo de Alberto Fernández envió el proyecto de aborto legal el pasado martes 17 de noviembre, para que sea tratado por el Congreso y modifique la norma vigente.
Actualmente el Código Penal de 1921, sólo considera no condenable el aborto en casos de violación o de riesgo para la salud o la vida de la mujer, y mantiene la prohibición en todos los otros casos, con penas de prisión para la mujer que aborta y para quienes llevan a cabo la práctica.
Esta semana será tratado el proyecto que autoriza la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 14 de gestación y deja asentada la posibilidad de que los profesionales de la salud objetores de conciencia eviten llevar a cabo la práctica. Además se incluye el programa de los mil días, “con el objeto de fortalecer la atención integral de la salud de la mujer durante el embarazo y de sus hijos e hijas en los primeros años de vida”, aseguró el Presidente.