Portada Entretenimiento ¡A que no sabías leer de esta forma!

¡A que no sabías leer de esta forma!

Latidos NZ

Hasta ahora, la forma en que lees se parece probablemente a esto: Simplemente lees poniendo tu atención en el significado de estos palitos y curvitas negras, que componen las letras y las palabras. Tu cerebro capta el significado de cada grupito de letras y sigues.

De repente, mientras lees, un grillito metiche que vive en tu cabeza emite sus propios comentarios acerca de lo que lees y ,a veces, se sale incluso del contexto y su vocecita se vuelve tan fuerte que mientras tus ojos siguen las curvas y palitos negros, tu mente se va a miles de kilómetros o años más lejos siguiendo la vocecita del grillo. Y de repente, todo para y la vocecita dice: ‘¡Ay, caray! ¿En qué me quedé?’. Y regresas unos renglones atrás una y otra vez hasta que terminas o desistes.

La segunda forma de leer es apasionante: Tus ojos siguen las palabras y los renglones, pero al mismo tiempo que estás leyendo, al mismo tiempo que tus ojos ven esto y que tu cerebro está captando el significado de las palabras en forma automática, te puedes percatar también de tu postura corporal. Inténtalo ahorita mismo sin detener tu lectura. Por ejemplo, explora lo que está pasando en tu cuerpo, la cantidad de células que están trabajando en este momento, no porque la ciencia te lo ha dicho, sino porque lo estás sintiendo, lo estás experimentando ahora.

Tal vez un cosquilleo aquí o una tensión allá, tal vez un movimiento, una respiración, ¿qué más puedes observar en tu cuerpo? y mientras, el piloto automático está leyendo. Ahora, amplía esto no sólo a tus sensaciones corporales sino también a la vista, sigue leyendo estas palabras y al mismo tiempo, ábrete a ver lo que está a los lados de esta hoja o pantalla, tus ojos están leyendo pero tu atención se abre a todo lo demás a tu alrededor.

Continúa jugando con todos tus sentidos sin dejar de leer. Date cuenta del ruido que hay detrás. No necesitas dejar de leer para percatarte de todo lo demás, puedes seguir leyendo y al mismo darte cuenta de muchísimas cosas. Es fascinante, ¿verdad? Explóralo hasta donde tú quieras.

Bueno, ahí va otra forma de leer todavía más fascinante: Deja otra vez que tus ojos sigan estos renglones, que tu mente vaya captando el significado de estas palabras, tal vez te percates del sonido imaginario que resuena en tu mente al remitirse a cada letra. 

Ahora olvídate del ejercicio anterior, sigue leyendo y observa que tu atención está en tu lectura, sin hacer ningún esfuerzo, solo tu atención está y se desliza
palabra por palabra, renglón tras renglón, gentilmente, sin esfuerzo.

Ahora, sólo toma conciencia de eso: que tu atención está ahí, plena, completamente absorta en la lectura y tú solo te das cuenta de ella. Sucede solito, el texto capta tu atención y tú te das cuenta de que tu atención está ahí.

Simplemente, gentilmente, naturalmente.

Date cuenta de tu capacidad de darte cuenta que estás leyendo. Ahora, al mismo tiempo que estás leyendo, pregúntate: ¿qué sucede cuando me doy cuenta que estoy leyendo? ¿Es posible leer de forma consciente sin interferir con la lectura, solamente atestiguando su flujo natural?, ¿qué parte de mí está atestiguando la lectura? ¿qué es lo que me permite atestiguar la lectura?

¿Qué es esta consciencia consciente de la lectura?, ¿soy el lector o soy el testigo de la lectura? ¿o los dos?, ¿o ninguno de los dos?, ¿qué sucede si pongo más atención en el testigo y menos atención en la lectura?, ¿y que se da cuenta del testigo? 

Sigue explorando, no solamente leyendo, sino haciendo cualquier cosa, dejando que tu ser haga lo que siempre ha hecho, lo que ya sabe hacer en automático y solamente date cuenta de ello y asómbrate de lo
maravilloso que es. Deja que tu boca diga lo que tenga que decir, que tu cuerpo haga lo que tenga que hacer y sólo date cuenta de ello, sin interferir, solo observando lo que está sucediendo aquí y ahora. 

Gracias por tu atención, fue un gusto acompañarte en tu lectura.

Mahima

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