Dicen que cuando se cierra una puerta, se abre una más grande, y en los tiempos que corren, con el coronavirus haciendo estragos tanto a nivel de salud como financiero, las profesiones que fácilmente se adaptan al trabajo virtual están manteniéndose a flote. Los servicios que se pueden prestar de manera virtual se adaptan y ganan terreno, abriéndose oportunidades en tiempos difíciles.
La experiencia del confinamiento o lockdown, en Nueva Zelanda, ha servido para que muchas empresas hayan comprobado que sus trabajadores hayan sido igual de productivos que cuando van a la oficina, bajándose así las barreras de resistencia a contratar profesionales que trabajan de manera virtual.
Es desafortunado que hayamos tenido que experimentar una pandemia para darnos cuenta de ello, pero la realidad es que muchos profesionales llevan años trabajando de manera virtual de manera muy productiva. ¿Has escuchado alguna vez el termino “asistente virtual?, yo lo escuche por primera vez en 2018, cuando estaba embarazada y buscaba opciones para seguir haciendo lo que hacía para grandes corporaciones, pero con más flexibilidad de tiempo y horario. En aquel entonces, era un término que se solía asociar a trabajadores con base en Asia y precios muy asequibles, y también estaba empezando a crecer aquí, pero con precios y experiencia local.
Para aquellos que nunca hayan oído el término “asistente virtual” antes, seguramente les suene inicialmente a IT/tecnología, a un robot que te ayuda de manera virtual, pero no, son personas de carne y hueso que proveen servicios de manera remota. Hay quienes ofrecen administración, otros finanzas, diseño gráfico o Marketing. Son personas con amplio conocimiento en su campo, que deciden lanzarse a ofrecer sus servicios de manera autónoma y virtual, más conocido como “freelancer”, pero 100% virtual. Por ello, quiero anotar que la palabra “asistente” no hace justicia a este campo de trabajo; much@s no son asistentes, son creador@s.
Muchas empresas pueden aprovechar estos servicios, y aquí planteo algunos de los beneficios:
- Hay organizaciones que han tenido que dejar ir a sus empleados por razones financieras, pero siguen necesitando que se les dé un mínimo soporte para que el negocio siga funcionando. Los asistentes virtuales trabajan tanto como necesites, desde dos horas o hasta veinte a la semana.
- Algunas empresas necesitan soporte en áreas muy específicas, y que sus empleados no pueden proveer. Un asistente virtual en ese área, es una buena solución.
- Cuando contratas a un asistente virtual siempre pagas por tiempo productivo.
- Al delegar tareas puedes dedicar el 100% de tu atención a la parte productiva de tu negocio, lo que suele ser difícil cuando tienes que también dedicarte a toda la parte administrativa y operacional; este es un problema muy común para empresarios cuando están empezando o en fase de crecimiento.
- Las empresas se ahorran costes de contratación, formación, tasas, vacaciones, baja por enfermedad, ordenadores y herramientas de trabajo, etc.
- Libertad de contratar los servicios sólo cuando los necesitas, sin contratos de permanencia.
Trabajar para uno mismo y de manera remota no es algo que todo el mundo pueda o quiera hacer, pero si es una muy buena alternativa hoy en día. Tanto si te quieres montar tu propia empresa como si quieres trabajar como autónomo para un asistente o agencia virtual ya establecido.
En tiempos oscuros, siempre hay un rayo de luz. Si estás pensando en cuál va a ser tu siguiente paso profesional o eres un empresario que necesita una mano extra ¡aquí tienes una idea!