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ABC del pensamiento estratégico

Andrea Gerstenmaier
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En estos días de cuarentena, en los que quizás disponemos de mas tiempo que lo habitual, podemos pensar en herramientas que nos permitan posicionarnos laboralmente, y, porque no, en lo personal también. Una excelente opción, es trabajar el pensamiento estratégico.

Auditoria

El objetivo de la estrategia es alcanzar una ventaja, en medio de la competencia. Primero hay que auditar el contexto, es decir, el entorno en su totalidad. Por ejemplo; cuánto tiempo lleva la empresa en el mercado, como fueron sus inicios, su especialidad, en que industria se encuentra, etc. Luego, su posición en el mercado (precio comparado con otros, que beneficios ofrece, principales características) y, finalmente, las actividades que realizan para llevar a cabo sus objetivos.

Establecer objetivos

Una vez que tengamos este análisis, debemos de trazar nuestro objetivo. Queremos mejorar las ventas? Queremos tener un mejor puesto? Cambiar el rumbo de nuestra carrera quizás?

Luego debemos decidir en que áreas competiremos y en cuales no. Es importante establecer claramente este recorte, así podemos enfocar nuestras energías en un proyecto efectivo y preciso.

El valor de nuestra propuesta, cuales son las ventajas/cualidades de lo que queremos proponer o lanzar al mercado es lo que lo va a diferenciarnos. Además, nos va a ayudar a establecer nuestra ventaja ante la competencia. Que ofrecen la competencia Vs mi propuesta.

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Originalidad Vs Operacional

Es estratégicamente conveniente que nuestro producto/empresa/plan funcione, que sea operativo. Sin embargo, este no es un valor distinto al que tiene nuestra competencia. Nos va a mantener, por un tiempo, en el mercado, pero no nos asegura una mejoría, distinción o “upgrade”. Lo que nos va a dar el aditivo que necesitamos, es la originalidad, la diferenciación de nuestro producto. Esto, es lo que va a incrementar el deseo de comprar determinado producto o idea, por parte de nuestros usuarios/consumidores.

Idealmente, para que esto sea sostenible, debemos buscar la forma de lograr esta diferenciación a un bajo costo. Con esto, podremos tener mas consumidores, más ventas, pero nuestra inversión seria baja, lo cual nos asegura un éxito sostenido a base de la diferenciación, de ese aditivo especial, por el cual nuestros consumidores van a seguir eligiéndonos.

El manejo de la competencia

Ahora bien, estas herramientas no son únicas. Es decir, nuestra competencia puede estar siguiendo los mismos pasos que nosotros. Al mismo tiempo, el mercado cambia constantemente y con él; las necesidades de nuestros consumidores. Nos vemos obligados, entonces, a establecer que no debemos hacer, y mantenernos en ello.

La teoría de que “menos es mas” en este caso funciona de forma opuesta. Cuantas más actividades establezcamos para alcanzar nuestro objetivo, más difícil le resultara a nuestra competencia imitarla. Ellos conocerán una porción de nuestra estrategia, porque lo ven en el mercado, y , al copiarlo, lo harán parcialmente, ya sea por desconocimiento o por incapacidad de copiar un sistema completo. La complejidad de nuestro sistema va a permitir que tengamos una ventaja competitiva.

Si, por el contrario, nosotros queremos imitar alguna actividad de la competencia, primero debemos preguntarnos; cuál seria la interacción de esa nueva actividad con las que ya tenemos. Si la interacción no reviste de mayor complejidad, podemos incluirla. Pero la auditoria, en forma permanente, es la única forma que tenemos de monitorear y asegurarnos de no fracasar en el intento por avanzar.

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Actividades Internas y Externas

Internamente, debemos establecer nuestras actividades complementarias. Esto significa, identificar los beneficios de “A” expandiéndose; y si esto va a ser beneficioso para “B”, y viceversa. Si la respuesta es positiva, podemos pasar al siguiente paso.

Externamente, la industria en la que nos encontremos (textil, ganadera, IT, etc.) afecta solo el 20%, en cambio, es nuestro posicionamiento en esa industria lo que nos afectaría en el 60%. Podemos contrarrestar con ese 20%, que pareciera “heredado” solo por pertenecer a esa industria, generando un valor a nuestra oferta tan fuerte, que nuestra competencia no podría sostenerlo. Esto nos lleva al análisis de las 5 fuerzas del mercado, que considero propio para otro capítulo.

En resumen, cuanto mayor sea nuestro conocimiento interno y externo, mayores son las herramientas que tendremos para tener ventaja sobre nuestra competencia. Delimitar nuestros objetivos es el próximo paso, y para elaborar un plan estratégico de como conseguirlo; la originalidad y complejidad se convierten en nuestros aliados.

Hasta nuestro próximo encuentro!

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