La última vez que vi a Miguel Desvern o Deverne fue también la última que lo vio su mujer, Luisa, lo cual no dejó de ser extraño y quizá injusto, ya que ella era eso, su mujer, y yo era en cambio una desconocida.
Javier Marías, (Madrid, 20 de septiembre de 1951-Madrid 11 de septiembre de 2022) fue un escritor, traductor y editor español y de esta peculiar forma comienza su libro, y solo con esas pocas líneas nos introduce en su novela provocándonos a continuar hasta saber por qué ese hecho es tan importante.
Esta es la historia de María Dolz quien trabaja en una editorial y que en la cafetería frente a su trabajo, donde toma su desayuno diariamente, coincide regularmente con una pareja que no deja de llamar su atención pues es una de esas parejas que crean su propio espacio, su propio mundo, aún en lugares llenos de gente. Respetando su intimidad no les dirige la palabra hasta que un día el hombre la saluda.
Días después María lee en el periódico el relato de un crimen brutal en que un indigente mata a un peatón a navajazos. Aquel hombre salvajemente asesinado no era otro que el mismo hombre de la pareja entrañable, Miguel Desvern o Deverne, esposo de Luisa Alday. Un día se encuentra con una emocionalmente destrozada Luisa y después de hablar con ella para darle el pésame recibe la invitación a su casa para charlar. En esa casa María conoce a Javier Diaz-Varela, amigo de años de la familia de quien casi inmediatamente se enamora y con quien inicia una relación bajo la advertencia de que siempre será algo ocasional pues él está enamorado de Luisa. Una tarde estando acostada en casa de Javier él recibe la visita de un misterioso hombre, adormilada se acerca a escuchar la conversación, para encontrarse con una historia que le cambiará por completo su percepción de Javier y de ese idílico futuro que solemos soñar cuando existe ese enamoramiento que nos lleva a ignorar toda la realidad que nos rodea.
Porque ya desde el título se nos dice de qué trata este libro: “Los enamoramientos”. Y ¿quién no se ha sentido así?, tan fuerte como vulnerable ideando cosas que no pensaríamos hacer o lograr si no fuera porque contamos con la excusa del amor.
Esta obra de Javier Marías me ha resultado muy sencilla de leer ya que la trama fluye muy natural entre los pocos personajes que tiene. Sin embargo debo decir que en determinados momentos se extiende en su prosa con reflexiones profundas que se vuelven acaso un ensayo sobre las motivaciones humanas dentro del espectro amoroso. Y si bien hay a quien esto les puede resultar pesado, lo que yo rescato es que logra ampliar estas ideas sin soltar el hilo de la historia principal pues nos cuenta una historia de amor, traición, amistad y negocio turbios, dándonos esos toques que una buena novela de misterio debe tener para fácilmente adentrarnos en la piel de los personajes y así entender qué están pensando y sintiendo.
Esta es una novela donde encontraremos algunas variantes de lo que es el amor, desde el más pasional hasta el considerado más limpio, trabajado, deseado. Que cabe decir es el que acaba al principio de la novela y que nos da el pretexto para mostrar los demás.
Porque Javier Marías ha encontrado en un asesinato el pretexto para hablar sobre el amor y el cómo la muerte afecta a los vivos. E incluye ese otro sentimiento que también es muy humano: la envidia, y para eso nos cita la siguiente definición:
“Lo peor es que este veneno suele engendrarse en los pechos de los que no son más amigos, y nosotros los tenemos por tales fiándonos de ellos; y que son más perjudiciales que los enemigos declarados”
Esta no es una novela que nos trate de enseñar o de señalar buenas o malas acciones, es solamente una historia de gente enamorada (y envidiosa) que puede llegar, (o no) a ciertos extremos para poder alcanzar sus objetivos.