Uno de esos rincones completamente alejados de cualquier ruta turística y casi desconocidos, salvo para los locales y por supuesto los fotógrafos que siempre andamos a la búsqueda de esos lugares no tan transitados, inmensamente bellos.

Muy cerquita del centro de Dunedin se encuentra esta cascada, Nicols Falls a la que se accede tras un cómodo paseo de unos 20 minutos. Muy recomendable visitarla tras unos días de lluvia cuando baja con un caudal algo mayor ya que no es excesivamente grande, como unos 6-7 metros de altura, aunque esto nos suponga encontrarnos con el camino hacia ella algo embarrado.
Si andáis por la ciudad y decidís visitarla, es super recomendable hacerlo a última hora de la tarde. Esto no aporta una luz especial a la cascada ya que se encuentra a la sombra durante la mayor parte del día y casi cualquier momento es bueno para fotografiarla… sin embargo hay un extra y es que en el mismo camino hacia la cascada se encuentra una colonia de glow worm en el bosque. No es especialmente grande pero siempre es un placer disfrutar de ellos especialmente tan cerquita de la ciudad y completamente gratis.