Se suponía que este viaje lo haríamos con Edwin (el primo de mi esposo Juan) y Naty; ellos viven en Colombia y nos visitaron hace algunos años en Argentina, país donde vivíamos antes de Nueva Zelanda. Con ellos hicimos un buen combo viajero y el viaje en Nueva Zelanda se tenía planeado desde hace un par de años, pero llegó el famoso virus a afectar la vida de todo el mundo, por lo tanto no se pudo hacer realidad el #NuevaZelandaRoadTrip2020 con ellos en esta oportunidad, pero estoy segura que vendrán tan pronto como sea posible.
Juan y yo tuvimos vacaciones en marzo del 2020, habíamos viajado a América Latina por la boda de cada uno de nuestros hermanos, que por cierto recuerdo lo afortunados que fuimos de poder entrar a Nueva Zelanda sin problema cuando ya todo esto de la pandemia explotó mundialmente. En algún momento llegamos a pensar en no hacer el viaje de la Isla Sur porque los chicos no venían y además ya habíamos tenido vacaciones este año, ¿qué vamos a hacer en las vacaciones que ya tenemos aprobadas?, me preguntó Juan. Para ese entonces Nueva Zelanda tenía la situación del virus bastante controlada y parecía que no habría restricciones de viaje dentro del mismo país, entonces decidimos hacer el road trip solamente nosotros dos, no nos aguantamos las ganas de visitar la Isla Sur de Nueva Zelanda por primera vez y ¡qué acertado que estuvo hacerlo ahora!
La verdad es que no hicimos una gran planificación, solamente compramos un pasaje aéreo e hicimos el booking de la campevan que usamos 18 de los 21 días en total que teníamos de vacaciones, y se preguntaran: ¿por qué alquilamos la campervan solo por 18 días? El motivo es que hasta el 28 de Octubre todo estaba fully booked y nuestro viaje empezó el 25 de Octubre, entonces decidimos quedarnos 3 días disfrutando Christchurch que fue la ciudad a la que volamos desde Auckland.
Esto de que todo estaba reservado hasta el 28 de Octubre me lleva a contarles lo que les quería compartir en este escrito:
Voy a enumerar mis impresiones de lo que fue viajar en estos tiempos, donde extrañamente no hay turistas extranjeros en Nueva Zelanda como en épocas normales. Para los que no saben, les cuento que gran parte de la economía del país proviene del turismo y por año recibe millones de personas de todo el mundo; ahora solo quedan los ciudadanos y residentes como nosotros pero que ya pasamos a ser gente local.
1. Precios
Como el sector turístico se ha visto altamente impactado, las empresas no han tenido más remedio que hacer grandes descuentos para que el turismo local se mueva, entonces hasta el momento se pueden encontrar buenas ofertas en pasajes aéreos dentro del país, atracciones de aventura, alojamiento, entre muchos otros servicios. Por ejemplo, nuestro pasaje de Auckland a Christchurch solamente costó $207 ida y vuelta para los dos. El tour overnight, en Doubtful Sound, que normalmente cuesta $1570, ahora costó $600 en habitación privada, y así muchas otras cosas que hizo que pudiéramos acceder a experiencias fascinantes. También tengo conocimiento de que la empresa en la que alquilamos la campervan hizo una oferta con la que los kiwis se volvieron locos, ya que realmente los precios estaban por el piso y las condiciones super flexibles; por ejemplo, asegurar un motorhome de lujo para 6 personas con solo $1 y pagar el saldo restante hasta un día antes de empezar el viaje. Por lo general el mercado target para motorhomes y campervans en NZ es gente de afuera con alto poder adquisitivo o con muchos ahorros, ya que no es algo económico y he escuchado de parte de muchos kiwis que fue una buena oportunidad para ellos usar este tipo de servicios, incluso muchos soñaban con alquilar uno de esos vehículos, pero los precios en épocas normales son elevados y eso que acá por lo general todos tienen buenos ingresos, entonces se pueden imaginar la diferencia.
2. Gente local
Antes habíamos viajado casi por toda la isla norte del país, y nunca conversamos tanto con kiwis como en esta oportunidad: sé que en general les gusta conversar, pero esta vez lo comprobé en primera persona, no sé si es porque ahora hay menos extranjeros pero eso nos llamó la atención. Tengo en mente varias oportunidades que nos comenzaban a hablar, por ejemplo, en un lugar donde estábamos viendo los lobos marinos que son tan difíciles de encontrar si se los mira desde lejos, ya que se mimetizan con la naturaleza, y de repente comenzamos a hablar con una pareja sobre donde estaban ocultos los lobos marinos y terminamos conversando de otras cosas. Otra oportunidad fue en un restaurante, donde desde mesas separadas terminamos hablando con otras 3 personas sobre los próximos destinos, hasta nos dieron recomendaciones y tips de viaje. Ahora que lo pienso también puede ser que nosotros nos sentimos mejor conversando en inglés y si algún angloparlante nos habla, no desaprovechamos la oportunidad para hablar largo y tendido. Acá les dejo un tip a los que son más nuevos en el país y aun no se sienten seguros con su inglés: aprovechen para practicar con gente local si se les da este tipo de interacciones.
También notamos que los que nos atendieron en algunos lugares, se tomaban mucho tiempo para explicarnos cosas y conversar, por ejemplo, recuerdo una señora muy dulce en el Top 10 Holiday Park de Motueka. Otra cosa es que casi todo el mundo nos saludaba cuando nos cruzábamos en cualquier sendero; me atrevería a decir que los extranjeros en general no lo hacen.
3. Adultos mayores
Si bien vimos muchos jóvenes viajando, es notoria la cantidad de adultos mayores que viajan aquí en Nueva Zelanda; pude observar que son muy aventureros y libres, también en su vida diaria. Por ejemplo, me llamó la atención ver señoras andando en bicicleta por la ciudad, y eso me parece encantador.
4. Lugares desolados
La mayoría de sitios que visitamos son muy populares y siempre hay olas de gente esperando para tomarse “la foto”, pero ahora teníamos todo prácticamente solo para nosotros, y debo confesar que lo disfrutamos mucho. Si bien se puede ver mucha gente viajando y aprovechando los descuentos, se nota que no es la misma cantidad de gente en tiempos normales, de hecho, estuve viendo un video de “Alan x el mundo” (el viajero que inspira a muchos) y se nota la alta cantidad de gente que había en Pancake Rocks, comparado con el momento en el que fuimos nosotros que sólo habían 6 personas más; incluso muchos de los amigos que nos acompañan en las redes sociales del blog, nos escribían para decirnos que les llamaba la atención ver nuestros videos y fotos sin nadie alrededor, parecía que teníamos todo para nosotros solos.
5. Menos tráfico
Para los que no saben, en Nueva Zelanda hay un gran volumen de autos, y por lo general, hay tráfico en las grandes ciudades y hasta en las carreteras que conectan un lugar con lugar, pero en esta oportunidad pudimos sentir que el tráfico estaba más fluido.
6. Holiday Parks, Campgrounds y actividades:
Una cosa lleva a la otra, según los puntos anteriores. Normalmente debes reservar todo, porque si no, corres el riesgo de no encontrar disponibilidad si llegas a último minuto a algún campground del DOC (Department of Conservation), pero ahora llegábamos y en la mayoría de estos lugares había espacio de sobra para muchos más usuarios de motorhome, campervans o tiendas de camping.
En cuanto a las actividades y atracciones, también se recomienda reservar todo con anterioridad, pero por ejemplo, en el viaje decidimos a último minuto hacer la nadada con delfines y pudimos hacer la reserva desde el día anterior sin problema, incluso eso también fue con descuento. Ojo, que la cosa puede ser distinta si van a viajar entre navidad y mediados de enero, yo trabajo en turismo y parece que todo va a estar super lleno, así que mejor reserven.
Esas son las cosas que más me llamaron la atención de viajar durante la pandemia con respecto a épocas normales.
Muchos de mis amigos que viven acá también han aprovechado para hacer turismo en Nueva Zelanda por estos días, igual que otros latinos que nos cruzamos en el camino y eso me pone inmensamente feliz, que la gente viaje, donde sea pero que viaje, ya que viajar es aprender.
Muchas gracias por leerme, me gustaría recibir otras impresiones y puntos de vista para ver si me perdí de algo.
Termino mi relato con una invitación a los que están acá para que conozcan un poco más de este hermoso país, y los que no están en Nueva Zelanda y sueñan con venir, espero que sea muy pronto.