¡Estamos a nada de terminar el 2020!
¿Qué aprendizajes quieres aterrizar y manifestar en tu vida?
De todo lo que has aprendido este año, ¿qué cambio quieres efectuar en la forma que vives tu vida?
Este ha sido un año diferente en muchos sentidos: hemos sufrido, la vida nos ha cambiado, pero también nos hemos transformado y nos hemos unido como humanidad.
Esta pandemia nos incita a reflexionar sobre cómo vivimos, así como a generar un ajuste en nuestras prioridades y a vivir una vida significativa, una que no depende de las circunstancias del exterior, sino de nosotros mismos, del amor, la felicidad y el gozo que provienen de nuestro interior.
¡Aún tenemos tiempo! ¿Cómo quieres terminar este año? Este año que ha sido clave para el autoconocimiento, la consciencia y el crecimiento espiritual y humano.
Te quiero compartir algunas de las reflexiones y aprendizajes que me han llevado a transformar mi vida este año con la intención de que, si éstas resuenan en tu corazón, puedas adoptarlas para efectuar cambios en tu vida.
Este año aprendí a no dar nada por sentado, ni el trabajo, ni la salud, ni la vida misma; en cualquier momento, sin esperarlo, la vida cambia o simplemente no la tenemos más. La vida es una dualidad, fuerte y poderosa como las montañas y, al mismo tiempo, suave, delicada y frágil como la flor.
Aprendí, que estamos aquí vivos, ¡para vivir!, y cuando digo vivir, quiero decir para disfrutar, para ser abundantes y felices, para dar y recibir amor.
Nuestra vida en sí misma es nuestro propósito y de nosotros depende hacer de ella algo mágico.
La felicidad no depende de las circunstancias externas: un trabajo, una posición social, una casa o un país; nuestra felicidad no depende de lo que tenemos o no tenemos, ni siquiera depende de quién está con nosotros o no. La felicidad proviene del interior, de un saber que el amor más grande es el amor que vive dentro de ti, para ti y para los demás, y que por lo tanto nunca estamos solos. Que la mejor compañía es la de uno mismo y que en el silencio habitan todas las respuestas.
Que la felicidad depende únicamente de “ser” en autenticidad; que vivir en autenticidad significa vivir en alineación con nuestro verdadero ser, con nuestros valores y con lo que es en verdad importante para nosotros.
Que la felicidad depende de una entrega total hacia nosotros mismos, y por ende hacia los demás, un saber que no somos simplemente una individualidad, sino un todo, y que no existe el “yo” sino el “nosotros”, y que por lo tanto, lo que te pasa a ti, me pasa a mí; somos uno.
Aprendí que las cosas no solo “nos pasan”, sino que gracias a ellas aprendemos, crecemos, nos desarrollamos y nos transformamos.
Descubrí que el entregarme a los demás, mediante la escucha sin juicio y la orientación genuina hacia el descubrimiento de su propia felicidad me ha llevado a transformar mi mundo interior y, por lo tanto, mi relación con el mundo exterior.
A pesar de que mis circunstancias, o lo que es observable a la vista, no ha cambiado significativamente, la manera en la que yo me relaciono con mi situación ha dado un giro de 180°; tengo fe en que mis circunstancias, en su momento, también lo harán.
El verdadero cambio ocurre internamente, en lo intangible, y después se manifiesta materialmente en el mundo de lo tangible.
Soy una persona diferente a la que comenzó este año, porque me he dejado transformar positivamente por lo que pasa en el mundo y en mi mundo, y ahora elijo vivir de manera diferente. Algunos de los cambios que he experimentado en mi vida, como resultado de estos aprendizajes, y con los que me comprometo a seguir viviendo de ahora en adelante son:
- Vivir en autenticidad, en conexión con mi corazón.
- Demostrar amor, comprensión y compasión para conmigo misma y para los demás.
- Vivir en conexión con la naturaleza.
- Dedicar tiempo y espacio para cuidar de mi bienestar, para meditar y reflexionar.
- Vivir más despacio, consciente de mi cuerpo y de mis pensamientos.
- Dedicar más tiempo a lo que me hace feliz: al baile, al arte, a la playa, a las amistades y a la familia.
- Dar lo mejor de mí y dedicarme plenamente a la profesión que he elegido, en favor de mis clientes.
Para cerrar el año con broche de oro, esto es en lo que me quiero enfocar:
- Abrir mi corazón a las oportunidades.
- Seguir mi propósito, pero fluir con los cambios que la vida me presente.
- Amarme a mí misma y a los que me rodean con mayor intensidad.
- Servir con amor, comprensión y compasión.
- Seguir transformándome a mí misma y a mi vida, persiguiendo mis sueños y no dándome por vencida, sabiendo que los fallos son simplemente oportunidades de aprendizaje.
- Confiar en que siempre encontraré mi camino.
- Relajarme y amoldarme a la vida como acostada en la arena, sin juicio y sin expectativa.
- Seguir reconociendo que mi trabajo, mi posición, mi estatus económico, mis posesiones, mi cuerpo, mi nombre, etc. no me definen. Que yo SOY, sin definición y sin fin.
Como yo lo veo, este es un enfoque interno de nutrición del alma y del cuerpo para poder después actuar con calma, y compartir amor y felicidad con todos los que me rodean.
Es un lograr dar a los demás la mejor versión de mí misma, una visión interna que permite darse a los demás con más fuerza, con más ternura, amor y autenticidad.
Ejercicio
Te invito a reflexionar sobre este año con el siguiente ejercicio, y a cerrar el año con broche de oro ¡en preparación para el año que entra!
- ¿Qué visión tenías para este año?
- ¿Qué partes de esa visión se hicieron realidad?
- ¿Qué ha sido diferente?
- ¿Qué quieres dejar ir?
- ¿De qué estas agradecida/o?
- ¿Cuáles han sido tus mayores aprendizajes este año?
- Como resultado de estos aprendizajes, ¿qué cambios quieres efectuar en la forma en la que vives tu vida hoy?
- ¿En qué te quieres enfocar para terminar este año con la mejor energía y para comenzar el nuevo año con el pie derecho?
Aprender no vale de nada si no ponemos lo aprendido en práctica. De la mente a la acción, de la intención a la manifestación.
Aprendemos para cambiar, para ser transformados internamente y transformar nuestra vida mediante ese aprendizaje.
Te deseo mucho éxito!
Con amor,
Mariana