De acuerdo al Banco Mundial, el 30% de las mujeres a nivel global son propietarias de sus propios negocios formales; hoy en día están creando trabajos, productos y servicios e invierten en las ganancias para sus familias, firmas y comunidades, con ello, están cambiando el panorama de la creación de empresas alrededor del mundo.
A pesar de las estadísticas, ser mujer es considerado una desventaja empresarial cuando se compara con las compañías propiedad de los hombres. Las compañías de las mujeres son juzgadas por ser empresas pequeñas, menos exitosas y sin crecimiento rápido; miedo al éxito, riesgo a la adversidad y fracaso a delegar tienden a dominar discusiones acerca de las razones de diferencias de género en el performance de las empresas y nociones acerca de la identidad de las mujeres empresarias.
Con mujeres alrededor del mundo haciendo progresos en sus propios términos, el modelo empresarial se redefine. El principal indicador de la integración de las mujeres en la dinámica económica es su participación en el trabajo asalariado de manera formal (legal) o informal y en la actividad independiente a través de la iniciativa privada, es decir, como emprendedoras.
Si bien el sector privado tiende a desarrollarse y a abarcar todos los nichos económicos, dicha actividad está expuesta no solo a las dificultades que encuentra el promotor económico sino también a los contratiempos vinculados al estatus de la mujer; en efecto, se descuida demasiado a menudo el papel ejercido por el contexto social en la creación de las empresas, ya que, en última instancia, estos empresarios están indiscutiblemente incluidos en redes de relaciones sociales, que los forman y permiten al empresario disponer de un conjunto de recursos tangibles e intangibles.
En diversos países se promueve el desarrollo de la actividad empresarial independiente, ya que se reconoce que ésta es fundamental para el desarrollo de una sociedad; uno de los factores que tienen incidencia sobre el éxito de las empresas, especialmente en mujeres, es el uso del capital social.
El capital femenino captura el indicativo de modos de aprendizaje, roles y expectativas, valores y comportamientos de forma individual y colectiva, estos bienes tienen un valor económico y social. Las mujeres están haciendo una decisión concisa de no dejar que las percepciones de otros acerca de sus comportamientos y aspiraciones limiten su éxito. Una ambición común entre mujeres empresarias es el deseo de empoderar a otras; ser empresaria ha sido visto como un mecanismo de crear oportunidades, económicas y auto-suficientes y con resultados basados en la equidad de género.
Se identifica que las mujeres utilizan sus vínculos (nivel familiar, amistad y organizaciones) para obtener recursos económicos (financiamiento), obtener conocimiento y consejo sobre la gestión de su empresa, expansión de la cartera de clientes, así mismo, estos vínculos tienen dos características relevantes: confianza y reciprocidad.
Los siguientes factores se han identificado como fundamentos pare el proceso de formación de las empresas fundadas por mujeres: capital Social Textos, blogs, podcast, wikis y herramientas como Facebook y Twitter están fomentando billones de diálogos globales; para empresarias, estas plataformas de medios sociales son bases para el lanzamiento de participación de comunidades online y creación innovativa en las empresas. Las redes sociales permiten este tipo de conversaciones, pero el capital social genera el conocimiento colectivo, conexiones y relaciones que se desarrollan a través de estas herramientas, es el resultado más importante.
El capital social fomenta salud y cambio social con el incremento de acceso a información, mercados y recursos como el capital financiero; el dinero importa. Escuchamos historias de empresarias exitosas, que empezaron sin nada y construyeron empresas globales desde sus departamentos; éxito y crecimiento, por el contrario, requieren más que solo sueños que necesitan capital financiero; el dinero importa. El capital ayuda a cubrir la producción y recursos humanos, nada se sostiene si no tenemos los fundamentos del dinero y la financiación en una base sólida.
Poder en la Política Mecanismos que aceleran el movimiento son políticas publicas y entrenamientos de programas; la política es el proceso de influenciar a otros. Las políticas que los gobiernos deciden afectarán negocios y distribuirán servicios y bienes a través de la implementación de actos, regulaciones y reglas. Mujeres exitosas y dueñas de empresas no son empresarias de nacimiento, más apoyo es necesario. Comunidades nacionales o internacionales están trabajando de manera concisa para incrementar el acceso a recursos influenciando a los políticos y toma de decisiones.
Las mujeres constituyen un valioso potencial, no sólo por sus capacidades innovadoras, sino también por la aportación de nuevas perspectivas y estrategias en el ámbito empresarial; la investigación de género sobre emprendimiento ya cuenta con aportaciones muy diversas. El emprendimiento es un tema de nuestro tiempo, especialmente en la actual coyuntura, no obstante, el emprendimiento tiene un interés creciente no solo desde el punto de vista económico y social, sino también académico y científico. Las emprendedoras constituyen uno de los factores mas dinámicos que estimulan las actividades productivas de mayor valor agregado, desarrollo económico y social, al igual que el capital físico, el capital financiero y el capital humano.
Las empresarias son una fuente crecimiento, ya que permitan un desarrollo sustentable y la creación de riqueza; no podemos seguir trabajando con los mismos esquemas de pensamiento del pasado si queremos un desarrollo social y económico en un escenario mas alentador y con mayor participación de aquellas que marcaran la pauta para los cambios del futuro. Debemos mirar estos problemas, revisarlos, pasarlos a retos, ver las oportunidades y convertirlos en esperanza en lugar de ser una constante batalla.
