“Cuida de tu cuerpo; es el único lugar que tienes para vivir.” Me gustaría comenzar este post con una frase:
“No es una buena medida de la salud estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma.”
Jiddu Krishnamurti
Y acaso no es esta nuestra situación actual?
Las enfermedades crónicas van en aumento.
“Las enfermedades cardíacas, los infartos, el cáncer, las enfermedades respiratorias y la diabetes, son las principales causas de mortalidad en el mundo, siendo responsables del 63% de las muertes. En 2008, 36 millones de personas murieron de una enfermedad crónica, de las cuales la mitad era de sexo femenino y el 29% era de menos de 60 años de edad.”
OMS
Y aquellas más silenciosas y tristemente normalizadas no se quedan detrás: obesidad, condiciones autoinmunes, trastornos de la salud mental, afecciones del tracto digestivo y enfermedades neurológicas (degenerativas, como el Parkinson y Alzheimer, y de aprendizaje, como la dislexia, TDHA y autismo).
Y por qué las normalizamos?
La respuesta es sencilla, hemos aprendido a cubrirlas.
Hemos adoptado la fórmula: dolor = fármacos.
Pero, es esta la vía correcta? y cuál es el origen de tanto padecimiento?
El origen
Vivimos corriendo, agobiados, cansados, en tensión. Sobrepasamos al cuerpo en todos sus niveles; físico, mental, emocional, espiritual.
Mal sueño, mala alimentación, falta de ejercicio, sobre exigencia laboral. Desconexión con la naturaleza, falta de comunidad… y la lista continúa.
Cómo compensamos tanto desborde? Cómo compensamos tanta agitación? Exacto, sí. Lo hacemos con nuestra salud.
Y podemos hacer algo al respecto?
Aunque es cierto que venimos programados desde fábrica con una genética en particular, lo que más peso tiene sobre nuestra salud es la epigenética: cómo modelamos nuestro ambiente para que nuestros genes sean activados o no hacia el desarrollo de la enfermedad.
El cambio
Sí, podemos. Pero la pregunta sería, estamos dispuestos a hacerlo?
Dejar de lado viejos patrones para volcar nuestras vidas y energía hacia un lugar de mayor plenitud?
Podremos elevar nuestra consciencia para obtener así mayor bienestar general?
Estaremos dispuestos a modificar nuestras formas de conducirnos por la vida?
Nos espera mucho trabajo en el horizonte.
Salud Holística
Y necesitaremos de un abordaje holístico e integrativo. De acciones que sean complementarias entre ellas y que cubran los diferentes aspectos que componen el estado de salud.
Ejercicio
Como regla principal, el mejor tipo de ejercicio es el que efectivamente vayan a realizar. De nada sirve ponerse metas ridículamente elevadas si eso significará una gran barrera mental. Aquí va una lista de posibilidades:
- Caminata
- Running (larga distancia o HIIT –High-intensity interval training)
- Andar en bici (tip: lo pueden enmascarar si lo utilizan como medio de transporte)
- Natación
- Deportes en equipo
- Gimnasio (musculación o clase)
- Baile
- Jugar con los niños
- Limpiar enérgicamente la casa (otra buena forma de enmascarar la actividad)
- Trabajar en el jardín y la huerta.
No es necesario matarse entrenando. Si un día no tienen ganas de entrenar, salgan a dar una vuelta en bici o caminen a comprar algo. Así la mente se acostumbra a siempre hacer un poquito. Llegará un punto que el mismo cuerpo lo pedirá sólo.
Prácticas de relajación
Elijan la que más les resuene. Si actualmente no les resulta fácil meditar (que es lo que se lee en todos lados como ideal) busquen otra cosa.
- Meditación
- Aromaterapia (uso de aceites esenciales)
- Masajes
- Música que los saque de la preocupación
- Dibujo o pintura
- Caminatas al aire libre
- Actividades lúdicas y artísticas
- Baños de sales y agua tibia
Descanso
Ya se tocó este tema en profundidad en un post anterior, por lo que no voy a indagar demasiado.
Si haré mención a aquellas dos cosas que suelen resultar más beneficiosas a la hora de conciliar bien el sueño:
- La reducción de la ingesta de cafeína y en horario acotado (previo al almuerzo idealmente).
- La reducción de tiempo de exposición a pantallas una vez en la cama (celular/tablet/notebook/televisión)
Vínculos interpersonales
Uno de los pilares más fundamentales para gozar de una buena salud: tener una comunidad, sentirse querido y ser parte de algo mayor.
Por qué creen que las poblaciones más tradicionales y ancestrales -aquellas que no han sido interpeladas por la tecnología y la modernidad-, y que aún siguen en pie, aún viven en comunidades?
Por qué creen que la pandemia y el aislamiento ha traído tanto malestar emocional?
Somos seres sociales, y como tales, necesitamos del apoyo de nuestros semejantes. Especialmente en momentos difíciles y de transiciones y cambios.
Las reuniones, las charlas, los llamados telefónicos, los abrazos, la escucha; no deberíamos prescindir de ellos.
Buena alimentación
Hipócrátes decía:
“Que tu medicina sea tu alimento, y tu alimento tu medicina.”
Yo creo que estaba en lo cierto.
Pero que significa una buena alimentación hoy en día? Existen tantas dietas, y corrientes distintas… Keto, paleo, vegetariana, vegana, carnívora… Alta o baja en grasas? Alta o baja en carbohidratos? Más o menos proteicas?
La nutrición es una de las únicas ciencias en donde posturas extremas contrarios han sido estudiadas y de alguna forma comprobadas ciertas. Por qué?
Porque cada cuerpo es un mundo. Mis sensibilidades e intolerancias no serán iguales a las suyas. Sabían que incluso hay personas con condiciones autoinmunes cuyo sistema inmunológico no tolera nada que venga del mundo vegetal?
Pero para no mezclarse recién comenzado el camino de la buena alimentación, lo primero que hay que descubrir es qué tienen en común todas estas dietas.
Y les facilitaré el ejercicio a continuación:
- Reducir o eliminar completamente alimentos procesados
Adiós paquetes llenos de colores. Adiós ingredientes que no se pueden leer ni pronunciar. Adiós conservantes, colorantes, estabilizantes, resaltadores del sabor. Todos estos alimentos, además, suelen estar pasados de sal, de azucares agregados y de grasas “malas” (qué son? leer más adelante).
Hay dos posibles soluciones a esto: cocinar más o comprar en dietéticas o almacenes “naturales” (siempre leyendo etiquetas).
- Reducir o eliminar completamente el azúcar agregada
Casi todos los alimentos, actualmente, vienen con azúcares agregados. La recomendación ideal es evitarla, pero, en caso contrario, buscar que el azúcar, miel o cualquier tipo de edulcorante se encuentren casi al final de la lista de ingredientes (implica menor cantidad añadida).
Recuerden que el azúcar mascabo, el sirope de arce, el azúcar de coco y la miel también son azúcares. Es cierto que estarán menos procesadas, pero aún así generan inflamación en el cuerpo.
- Reducir la ingesta de carbohidratos refinados
Aquí se incluyen harinas y cereales refinados; también los azúcares mencionados arriba. Todos ellos suelen ser altos en índice glucémico, lo que genera picos de insulina; muchos picos de insulina, extendidos en el tiempo no es algo bueno para la salud.
Los vegetales y frutas son alimentos que aportan carbohidratos, por lo que es recomendable preferir estos en lugar del grupo de alimentos anteriores.
- Optar por grasas saludables sobre aceites vegetales refinados
Al contrario de lo que aprendimos la grasa no es nuestro enemigo. Esto se ha estado demostrando, en los últimos años, en los estudios que contemplan a la inflamación crónica (producida por mala alimentación y estilo de vida) como causa base de las enfermedades crónicas. La grasa es nuestro aliada; siempre y cuando venga de fuentes saludables.
Lo más importante es evitar aceites vegetales de rápida oxidación (aceite de girasol, de maíz, de canola, etc.). La oxidación (y generación de radicales libres) tiene impactos muy negativos sobre nuestro cuerpo. Y en estos aceites ocurre por haber estos pasado por muchas etapas de procesamiento y resultar inestables a temperatura ambiente, y más aun bajo calor.
Reemplazarlos por aceite de oliva extra virgen, palta, aceite de coco, manteca (si, la manteca no es el diablo), ghee (manteca clarificada para aquellos que no pueden comer productos lácteos), y grasa animal (vacuna, porcina, etc.)
- Optar por orgánico/ agroecológico y carnes de pastura (cuándo les sea posible).
Sabemos que por ahora este tipo de alimentos tienen un costo elevado. Optar por estos cuando les sea posible. Estarán, idealmente, libres de pesticidas y agroquímicos. Estarán libres de modificaciones genéticas.
A partir de estos lineamientos generales, ir buscando aquellos alimentos y modificaciones que mejor repercutan en cada uno. Es una gran brújula nuestro sistema digestivo; estar atentos a sus señales tanto positivas como negativas.
Por último, me gustaría concluir con una frase que resume lo que viene poniéndose en juego en este post:
“Cuida de tu cuerpo; es el único lugar que tienes para vivir.”
Jim Rohn