El próximo 15 de enero la guerra comercial parece llegar a su fin, o eso pretende ser, el presidente de EE. UU, Donald Trump firmará la primera fase de un acuerdo comercial con China.
Teóricamente concluirá o impondrá una tregua a la guerra comercial entre E.E.U.U. y China para luego, en una fase posterior, Trump viajará a Pekín para la firma de una extensión del acuerdo o fase 2.
Esto implica una tregua en la implementación de nuevas barreras comerciales entre ambos países, es decir que no se va a aplicar el incremento del 15% a los aranceles de importación de productos programado para los envíos provenientes de dichos países.
Para entender cómo se generó este conflicto analizaremos la situación actual de E.E.U.U., para ser objetivos utilizaremos cifras públicas de dicho gobierno y de esta forma comprenderemos las causas, el por qué y si el fin es un verdadero fin.
La economía de EE. UU, una de las causas de la guerra comercial.
Es la primera economía mundial, su Producto Bruto Interno es de U$S 20.5T (T = 1 Trillón = 1.000.000.000.000), su deuda externa, la más grande del mundo, asciende a U$S 22.T lo que representa un 107% de su PBI, o sea debe más de lo que vale. Pero no solo Estados Unidos está en esta situación, varios países están comprometidos: Japón lidera con una deuda 235% en relación a su PBI, pero no es la primera potencia económica mundial.
Si la economía de E.E.U.U. fuese una empresa la misma estaría quebrada. Esta deuda, con los años, se fue incrementando, el déficit tiene como origen, básicamente, por dos causas, el déficit de cuenta corriente (importa más de lo que exporta) en el año 2018 fue de U$ 491.B (B = 1 Billón = 1.000.000.000) y el déficit en el presupuesto gubernamental “Federal Budget” (gasta más de lo que recauda con impuestos), este último ascendió a U$ 1 Trillion (Reuters, 2019) . El gasto gubernamental, mayoritariamente comprende los servicios de asistencia médica pública, gasto militar (este último se va a incrementar acorde a los últimos sucesos con Irán) y pago de los servicios de la deuda externa. Este déficit el gobierno de E.E.U.U. lo tiene que cerrar de alguna forma; básicamente hay 3 formas de financiarlo: inversión, bonos del tesoro y emisión monetaria.
Para aumentar la inversión el gobierno de Donald Trump decidió bajar los impuestos del 35% al 21%, esto incrementó la inversión, trajo consigo un aumento en la recaudación de impuestos y produjo una generación de trabajo genuino, actualmente la tasa de desempleo descendió al 3.6%, a su menor registro en los últimos 50 años. Para mantener este boom de inversión y de bonanza económica, necesita proteger su mercado interno y para ello E.E.U.U. aumenta unilateralmente los aranceles de importación, una medida proteccionista contraria al libre mercado pregonado por Estados Unidos en tiempos pasados.
A lo largo de la presidencia de Trump ocurrieron numerosos conflictos a causa de la subida de los aranceles, que no llegaron a una guerra comercial con otros países, pero si tensó las relaciones; las negociaciones sobre el acuerdo de libre comercio e inversiones con la Unión Europea (TTIP, por sus siglas en inglés) se suspendieron a finales de 2016. Los países productores de acero y aluminio sufrieron las medidas proteccionistas. China, su mayor socio comercial y con el que tiene un gran déficit de cuenta corriente, no iba a quedar afuera de la ola proteccionista, el 21.1 % de la importaciones de E.E.U.U. provienen de China; el déficit entre importaciones y exportaciones es de $ 375B al 2017, para corregir este desfase el gobierno incrementó los aranceles en marzo del 2018, a numerosos productos de origen chino, lo cual se tradujo en un recorte en el déficit de su balanza comercial con China, pero también implicó una reducción del 14% en el intercambio comercial, durante el primer año de la guerra comercial.
Pero el déficit global de Estados Unidos sigue ahí y la forma tradicional de financiarlo es a través de los bonos y letras del tesoro, conocidos como T-Bonds y T-Notes, estos son lisa y llanamente emisiones de deuda por parte del tesoro de Estados Unidos, esta es la principal fuente de financiamiento del déficit; estos bonos son comprados por inversionistas privados (locales y extranjeros) y gobiernos de otros países. Con los dólares provenientes del saldo comercial positivo acumulado año tras año China compra (o compraba) bonos del tesoro de Estados Unidos, esta compra de deuda implica una transferencia recursos y de poder hacia China.
Alrededor del 45% de la deuda estadounidense está en manos de inversores extranjeros, los chinos ocupan un papel dominante, poseen el 18.7% de dicha deuda, a principios de enero del 2018, el gobierno chino dio a conocer que iba a dejar de comprar deuda estadounidense y empezar a liquidar sus posiciones, este juego de amenazar con vender deuda estadounidense le da poder de fuego a China, ya que si vendiera ese 18% de deuda, esta acción impactaría directamente en los mercados financieros mundiales, afectando al dólar y hacer estallar por los aires a la economía americana; pero el freno de mano está puesto, debido a que el 38,2% de las reservas monetarias chinas están en dólares, lo que una caída abrupta del dólar también implicaría la caída de la economía china, ya que el yuan se fortalecería y encarecería a todos los productos chinos.
“ Las grandes naciones escriben sus autobiografías en tres manuscritos: el libro de los hechos, el libro de las palabras y el libro del arte.” John Ruskin (1819-1900) Crítico y escritor británico.
El avance en infraestructura y en tecnología de China aporta pimienta a la guerra comercial
Deng Xiaoping, arquitecto de la China moderna, era la persona más poderosa la China comunista, aunque nunca fue Primer Ministro, tenía el poder del partido comunista chino y fue el líder supremo desde 1978 hasta su retiro en 1992. Este fue el encargado de impulsar 4 áreas claves para el progreso chino: Defensa, Industrialización, Agricultura y Tecnología. El 1° de enero de 1979 E.E.U.U. y China se restablecieron las relaciones diplomáticas. En 1979 Xiaoping visitó los EE. UU., celebró distintos acuerdos de cooperación técnica y transferencia de tecnología, con el presidente Jimmy Carter. La visión de Deng Xiaoping era convertir a China en la fábrica del mundo, para ello era necesario realizar reformas pro mercado.
Estas reformas incrementaron la producción en forma significativa, transformando a China en la segunda potencia económica a nivel mundial. Desde la década de los 80, la economía china crece en forma sostenida y durante varios periodos un ritmo de 2 dígitos, hasta aproximadamente el 2013 donde empezó a desacelerarse hasta la actualidad creciendo en el 2019 un 6,2%, convengamos que cualquier país estaría más que contento con este crecimiento y esto no significa que la economía China se haya caído en un precipicio.
La producción industrial de China tiene que ser distribuida globalmente y para impulsar su dominio en la distribución, el gobierno chino, lanzó el programa BRI (Belt and Road Initiative), traducido seria: “Iniciativa de Cinturón y Carreteras”, es una estrategia de desarrollo global adoptada por el gobierno chino en 2013 que implica el desarrollo de infraestructura e inversiones en 152 países y organizaciones internacionales en Asia, Europa, África, el Medio Oriente y las Américas.
El líder de la República Popular China, Xi Jinping, anunció originalmente la estrategia durante sus visitas oficiales a Indonesia y Kazajstán en 2013. “Cinturón” se refiere a las rutas terrestres de transporte por carretera y ferrocarril, llamadas “el cinturón económico de la Ruta de la Seda”, con este cinturón los productos llegan por vía terrestre en forma directa desde China a Europa, mientras que “carretera” se refiere a las rutas marítimas, o la Ruta Marítima de la Seda del siglo XXI. El proyecto BRI terrestre abarca más de 70 países, cada vez más países de la UE se están uniendo a su paraguas de inversión en infraestructura, el más reciente de los cuales es Italia. Este proyecto incluye el 65% de la población mundial y el 40% del producto interno bruto mundial.
La “Ruta Marítima de la Seda del Siglo XXI”, o simplemente la Ruta Marítima de la Seda, es una iniciativa complementaria que tiene como objetivo invertir y fomentar la colaboración en el Sudeste Asiático, Oceanía y África, a través de varias masas de agua contiguas: el Mar de la China Meridional, el Océano Pacífico Sur y la zona más amplia del Océano Índico. Al igual que la iniciativa del Cinturón Económico de la Ruta de la Seda, la mayoría de los países se han unido al Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras.
Por el lado tecnológico, 5G es la próxima generación de tecnología inalámbrica. Las velocidades de descarga son muchas veces más rápidas que las posibles bajo 4G. Y no se trata sólo de velocidad, 5G reduce la latencia, que es el tiempo que tardan las señales en empezar a viajar, algo que será de vital importancia para el IoT.
El 5G tiene el potencial de convertirse en una “tecnología de uso general”, análoga a la electricidad, tiene abierta la posibilidad de crear nuevos mercados para bienes y servicios que aún no podemos imaginar. Los mejores proveedores de los equipos necesarios para 5G están en China, sobre todo Huawei, que es una “compañía privada” que recibe numerosos beneficios del estado chino, que ha hecho las mayores inversiones en la tecnología pertinente, pero el problema es que Huawei se ha quedado atrapado por las preocupaciones de seguridad, ya que el gobierno chino tiene la potestad de monitorear todo el tráfico que pase por esta red, este punto es clave en la guerra comercial, ya que el gobierno de Donald Trump exigió a las compañías norteamericanas a no comercializar con Huawei, caso Google por dicha razón. Los gobiernos europeos están sopesando las restricciones a Huawei por el temor de que la inteligencia china pueda acceder a sus sistemas para espiar a sus países o interrumpir las comunicaciones, algo que la empresa Huawei niega.
El senador estadounidense Tom Cotton presentó el 8 de enero del 2020, un proyecto de ley que evitaría que Estados Unidos comparta información de inteligencia con los países que permiten al gigante de las telecomunicaciones chino Huawei Technologies operar la tecnología de redes 5G dentro de sus fronteras, según una copia del proyecto de ley vista por Reuters.
La masificación de 5G, implica como mencionamos antes un nuevo servicio, como la electricidad y el agua, desplaza a los operadores de Internet, a los tendidos de fibra óptica hogareños, ya que no será necesario tener un modem WiFi ni una conexión física; los operadores de televisión satelital serán obsoletos lo mismo los de televisión por aire digital/analógico.
Huawei está proveyendo esta tecnología en forma subsidiada a todos los países que quieran contar con ella y de concretarse esta iniciativa estamos hablando de un antes y un después del 5G; muchas personas no toman conciencia de lo que significa este avance y no es solo ver videos con una mayor definición.
….Nuestros problemas son hechos por el hombre; por lo tanto, pueden ser resueltos por el hombre. Ningún problema del destino humano está más allá de los seres humanos. John F Kennedy, Presidente de los E.E.U.U.
