Después de las cientos de manifestaciones realizadas por mujeres, en diferentes ciudades del mundo, con el acto “Un violador en tu camino”, queda claro que las mujeres nos sentimos violadas y abusadas.
¿Cómo cambiará nuestra posición en el trabajo después de haber manifestado públicamente que ya no estamos dispuestas a callarnos?
Las ultimas movilizaciones femeninas en torno a la propuesta de “Las Tesis” ha dado luz a un tema del cual muchas mujeres hemos sido víctimas, pero del que no hablamos, por lo menos no en público.
Esta manifestación artística femenina, que nació el 24 de octubre de este año en Chile, y que ha dado la vuelta al mundo mostrando una molestia generalizada de las mujeres respecto a las violaciones, abuso de poder, injusticia, desigualdad y corrupción, hoy nos lleva a plantearnos en forma abierta y transparente respecto a como nos sentimos frente a esta dura realidad.
La representación cuenta con una letra poderosa y una melodía contagiosa que hace que resuene en una gran cantidad de personas. Las convocatorias se transforman en actos masivos, diversos, horizontales y públicos.
Resulta impresionante ver como tantos lugares del mundo este mensaje ha tenido eco: desde Chile al Líbano, de México a España, de Estados Unidos a Turquía y desde Brasil a la India, definitivamente las mujeres hemos mostrado que tenemos heridas comunes, recientes, profundas y dolorosas.
En los primeros días me involucre por empatía, por experiencia, por lo compartido en múltiples pláticas con otras mujeres, y por lo que si! Me pareció importante abrir conversaciones multilaterales respecto del tema.
Esto me llevo a pensar en las mujeres, en el trabajo, en los hogares, en sus relaciones de pareja, en la familia, etc. Estoy segura que en muchos círculos esto ha sido tema de conversación.
Respecto del trabajo, muchas mujeres hoy se posicionaran de manera diferente frente a sus puestos laborales, verán el poder y el abuso con más claridad de que lo veían antes, también harán sentir su malestar fuerte y lúcido frente a cualquier manifestación que trasgreda algún limite que ellas no quieran que sea sobrepasado.
La violencia en contra de las mujeres en el mundo laboral ha estado presente desde hace mucho tiempo, pero hemos tenido pocos espacios para sentirnos seguras para mostrar lo que ha estado pasando. Por otro lado, entre nosotras hemos aprendido a callar para no perder oportunidades, estabilidad y seguridad, y esto ha tenido un precio que muchas veces se traduce en depresiones, angustias y enfermedades.
En octubre del 2017, en Estados Unidos, las mujeres se manifestaron masivamente frente a la agresión y el acoso sexual, y, si bien es cierto estas manifestaciones fueron masivas y replicadas también en muchas ciudades del mundo, estas fueron asociadas a actrices y gente del espectáculo. ME TOO, un movimiento dio paso a sacar de las sombras al acoso laboral y a salir de las cegueras que nos mantenía aisladas. Se produjeron conversaciones que mostraban como cada una de nosotras tenía experiencias que estaban en esa línea.
¿Con esto cambio el acoso en el trabajo? Creo que sí. Lo puso en la mesa y se transformo en una “papa caliente” que no se toca mucho porque te puede quemar.
Este movimiento puso al poder masculino en la mesa, que resulta en que las mujeres tengamos menos posibilidades de equidad, y seamos apartadas de los trabajos simplemente por el hecho de ser mujer.
Por otra parte la organización LEAN IN , dirigida por Sheryl Sandberg, también ha sido importante para entregar a las mujeres herramientas concretas para fortalecer su apuesta en el mundo corporativo, y sentarse a la mesa como una mujer empoderada que tiene mucho que decir en este mundo.
¡Pero lo que ha explotado en Chile es distinto! Estas voz femenina que se expresa con fuerza y valor, es la voz de mujeres cansadas de callar y sentirse que nada se arregla para ellas. Esta mujeres en forma horizontal han dicho, ya basta de abuso y ahora me vas a escuchar.
¿Qué pasará con esta voz en el trabajo? ¿Creen ustedes que el mundo laboral, del cual las mujeres somos activas participantes, sufrirá algunos cambios que acomoden mejor nuestras necesidades, miradas y experiencias?¿Qué pasa con las mujeres que se han manifestado públicamente, horizontalmente y pluralmente en estos actos masivos? ¿Qué impacto tendrá en sus círculos su participación en estas manifestaciones?
Yo no tengo respuestas, pero si espero cambio, si veo que las conversaciones están más francas y en algunos casos las mujeres informadas, inquietas y dispuestas a enfrentar lo que esto significa.
La verdad es que creo que es el momento de pararnos en el mundo de manera poderosa, ya que el mundo nos necesita, con voz, voto y total presencia. El cambio no vendrá de más de lo mismo, el dignificar el trabajo también puede ser parte de nuestro trabajo, todos los trabajos que por siglos las mujeres hemos ejercido en silencio y en completo anonimato.
Es hora de poner acento al trabajo y de salvar el mundo que tenemos … ¡No nos queda mucho tiempo más!