El camino comenzó cuando comencé a recordar . . .
Desde que tengo uso de razón jamás pertenecí, eso fue al principio horror y cruz que lleve con lamento y años de terapia infantil de por medio;
Eso mismo que luego viró a luto en la adolescencia, que despues renació en rebeldía y orgullo en mi juventud; para al final devenir en el empoderamiento de lo que soy (si, empoderamiento es una palabra tan manoseada ya, pero no encuentro sinonimo) …y acá estoy con este único acuerdo sagrado hacia mi misma de amar ésa profundidad mágica que desde siempre SIEMPRE fui y temí.
En fin, llegue a ser bruja a través del exhaustivo trabajo interior suficiente (atravesado por el deseo de morir muchas, muchas, demasiadas veces) para llegar al ÚLTIMO RECUERDO que me reconducirían hacia mi de nuevo: darme cuenta después de tanto tiempo que mi único error había sido separarme de mi verdadera naturaleza por prestarle ojos, mente, cuerpo y energía a todo, menos a mi.
Ser bruja es aprender a recordar el origen, la primerisima esencia,
saber que esta dimensión es un paso transitorio, con un proposito colmado de aprendizajes.
Ser bruja es amar y cuidar la naturaleza por encima de todo, TODO, SIEMPRE.
Ser bruja es atreverse a:
Vivir la sensibilidad hasta la magia,
comprometerse hasta el final a expandir la consciencia,
comprender los dones personales, trabajarlos, ponerlos al servicio de la propia sanacion y expandirlo hacia el afuera.
Ser bruja es tener la voluntad de: elegir en un mundo direccionado,
de ver en un mar de ciegos,
de sentir en una sociedad frivola,
de ser el espíritu libre que reconoce su alma como único mapa de éste cuento.
Y vos:
ya te atreviste a descubrir tus poderes?
Y chiribin chin chin, Juliabruja Fin.