Quizá con suerte, algún día, el parásito se de cuenta de lo que es,
y no tenga que morir otra vez
para vivir la misma vida en otro cuerpo.
LOS OJOS
Los ojos arruinados para siempre
de esos niñxs a quienes sus padres prohibieron llorar
LA ESPALDA
la espalda incrustada de esas espinas que no se van,
MIEDO
Siempre fue más fácil empoderarse a través del miedo,
(que bien sabe arrullar y dar cobijo)
dejarse amparar por la insensatez inmolada en sacrificio
Vaciarse de sangre,
dejar hueco el cerebro,
atravesar el espejo
hacer del miedo aliado, amigo
abrirse a lo desconocido.