Francine Christophe tiene 86 años y es una escritora y poeta francesa de origen judío. Nació en 1933, año en que Hitler tomó el poder y al poco tiempo de nacer fue recluida en un gueto junto con su madre.
Al participar en Human, un documental que pretende examinar los conceptos de humanidad y qué significa ser humano, relata su deportación al campo de concentración de Bergen-Belsen en el norte de Alemania y un hecho increíble que vivió ahí:
Los niños deportados “privilegiados” tenían derecho a llevar consigo dentro de una bolsita 2 ó 3 cosas pequeñas que eligiesen. La madre de Francine llevó dos pequeños trozos de chocolate para dárselos el día en que no pudiese más y tuviese el ánimo por los suelos. De esta manera lograría reanimar a su pequeña hija…
Un día, una señora embarazada del campo de concentración se puso de parto y acudió al barracón en el que la madre de Francine era la matrona. Fue entonces cuando la madre de Francine pregunto a su hija:
– Francine, ¿recuerdas los pedazos de chocolate que guarde para el día en que te encontrases mal?
– Sí, mamá, claro que lo recuerdo.
– ¿Y cómo te encuentras hoy?
– Estoy bien, mamá.
– ¿Sabes? Helena está muy débil y podría morir al dar a luz, pero si le doy este chocolate quizás pueda darle la fuerza suficiente para conseguir salir a delante. ¿Te importaría si se lo doy a ella?
– Claro, mamá.
Así lo hicieron y le dieron a Helena las dos onzas de chocolate. Afortunadamente la madre y el bebé sobrevivieron. Durante seis meses permanecieron prisioneras en el mismo campo y durante todo ese tiempo, él bebe no lloro, no hizo ni un ruido, ni una sola vez. Permanecía envuelto en mantas sin moverse. Seis meses después el campo fue liberado y nos enviaron a Francia. Fue entonces cuando el bebé lloró por primera vez. Nosotras pensamos que fue entonces cuando el bebe nació de verdad.
Muchos años más tarde Francine decidió realizar una conferencia, “¿Si hubiera habido psicólogos en 1945, cuando volvimos?”, que trataba el cómo habría sido si los sobrevivientes del campo de concentración hubieran tenido asesoramiento psicológico.
A esta conferencia asistieron psicólogos, psiquiatras, terapeutas, sobrevivientes, curiosos, etc. Cada uno tenía sus opiniones sobre lo que hubiese sucedido y así las compartieron durante la charla. Al terminar, a Francine se le acercó una mujer que venia de Marsella y dijo que era psiquiatra y que tenía algo para Francine Christophe.
La mujer metió su mano al bolsillo, sacó un paquete con dos onzas de chocolate y se lo entregó al momento que le dijo: “Yo soy el bebé”.
Para poder acceder a más historias del documental “Human”, pueden visitar su canal de YouTube en español usando el siguiente link: Human, la película.