Portada NZHistoria Nueva Zelanda conmemora los 50 años de lucha y resistencia del pueblo chileno

Nueva Zelanda conmemora los 50 años de lucha y resistencia del pueblo chileno

Pocos acontecimientos han sacudido de manera tan honda e implacable la historia de América Latina como lo hizo el golpe militar que sucedió en Chile, el 11 de septiembre de 1973, para derrocar al presidente Salvador Allende, auténtico líder del pueblo chileno, elegido democráticamente en las urnas.  

La historia es nuestra del pintor Rafael de Armas. Óleo sobre lienzo.

Con el fin de conmemorar los 50 años de lucha y resistencia que ha sostenido el pueblo chileno, a partir de ese fatídico golpe que inició la dictadura militar de Augusto Pinochet, el Comité de Exiliados Chilenos de Auckland, realizó un memorable coloquio en la ciudad de Auckland, el pasado 9 de septiembre de 2023, al que asistieron importantes representantes de la comunidad chilena en Nueva Zelanda.

El evento dio apertura con la intervención de la Doctora Walescka Pino-Ojeda, directora del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Auckland, quien compartió su mirada académica de los fenómenos políticos, sociales, económicos y culturales que se desarrollaron en Chile durante la dictadura, las consecuencias que ha traído para los chilenos y el camino hacia el futuro que aún se sigue construyendo.

Esta investigadora chilena, llegó a Nueva Zelanda en el año 1989 y con gran orgullo afirma ser “chilenista”, teniendo en cuenta que ha dedicado toda su carrera académica al análisis de la realidad chilena. En sus libros, conferencias e investigaciones, ella devela como diversas formas culturales como el cine, la literatura y la música, “han estado lidiando con el trauma que fue el golpe de estado y la dictadura por 17 años. El darnos cuenta de que cuando murió la democracia, se nos robó el proyecto que queríamos proponer”.    

Durante su emotivo relato, nostálgico, valiente y con una profunda sensibilidad humana, Walescka explica como Chile fue usado como conejillo de indias durante la dictadura para implantar el modelo económico neoliberal, que posteriormente se desarrollaría también en otros países del continente, “eso Chile lo logró porque Estados Unidos prestó los fondos, los servicios y la infraestructura. Solos no lo iban a hacer”. Recursos que también fueron usados para formar torturadores e inteligencia militar y generar toda esta maquinaria del terror con la que se sometió al pueblo chileno.

Esteban Espinoza, CEO de ALAC y Walescka Pino-Ojeda, Directora del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Auckland.

El golpe no solamente impactó a toda América Latina, el mundo entero también quedó estupefacto ante los hechos sucedidos en Chile. Numerosos escritores, historiadores e intelectuales lo han reconocido, “Ahora yo entiendo porque Harold Pinter, el premio Nobel británico, Primo Levy, el gran escritor italiano, toda esta enorme gente, haya llorado con nosotros, porque realmente se vio que el caso del golpe de estado en Chile fue verdaderamente un crimen, impune hasta el día de hoy, un crimen en donde una sociedad cívica llegó a tal sistema por su propia convicción, defendiendo ese sistema y la única manera de destruirlo era un golpe mortal. ¿Qué más mortal que bombardear el Palacio de la Moneda?, ¿Dónde más se ha visto que se bombardee el palacio que defiende el republicanismo de un país?”, afirmo Walescka.

Expresó que la tarea que ella ve como académica y su mirada como testigo de los hechos, desde una relación afectiva, ética e intelectual, está centrada en el lugar de la memoria, tarea que tiene tres caminos: el primero, para rendirle tributo al pasado, no como pasado sino como alimento del presente, y en ese sentido “honrar a nuestros muertos, honrar a los desaparecidos, honrar su memoria, y las acciones que ellos hicieron, que nos hizo ser víctimas del terrorismo de estado”. Segundo, asumir la memoria como una herramienta para sanar el golpe, para sanar el trauma, “porque es a través de recordar y de revisitar el dolor y la herida que uno sana (…) como lo han hecho estas mujeres maravillosas de los familiares detenidos y desaparecidos, que hicieron de su dolor una tremenda energía creadora, analítica, que convirtieron ese dolor en una potencia de acción para convertirse en activistas sociales, es una energía que alimenta los nuevos desafíos que se van sumando”. 

El tercer camino, afirma Walescka es que el trabajo de la memoria tiene una configuración enorme teniendo en cuenta que estamos en una era profundamente amenazada en sus fases éticas más esenciales, “el individualismo rampante, la competencia rampante para destruir las fibras sociales, el espíritu de comunidad, la solidaridad, los valores de que todos somos iguales. Esos valores están muy amenazados, sobre todo porque hay un fascismo emergente en todas partes del mundo, incluida Nueva Zelanda. La memoria nos permite reconectarnos con principios y valores éticos que es lo que tenían las personas que murieron, que se sacrificaron en todas esta luchas en Chile, en todas partes, Argentina, Uruguay, Brasil. Entonces, la banderita que yo uso, la lucecita que a mí me guía es el trabajo de la memoria, el de recordar para recuperar, para reconstruir, para no olvidar de dónde venimos y esa memoria nos debe servir en este momento para ser parte del proceso que llevan a cabo los pueblos originarios de nuestra América”.  

El coloquio también presentó la exposición fotográfica Estallido social en Valparaíso de Cristóbal Basaure Araya (2019).

Posteriormente, Esteban Espinoza, organizador del coloquio hizo referencia a la importancia de la memoria no solamente en la vida cotidiana sino también de cara al futuro, en los hijos, en los nietos, en la historia. Al respecto afirmó, “la memoria nuestra se hace y se nutre de eventos como el golpe militar obviamente, la destrucción de la unión popular y el sueño de millones de chilenos. Y también ellos eran depositarios de unas luchas que venían por lo menos de 100 años, los mineros del norte, la gente que trabajaba en el campo que ni siquiera tenían nombres ni apellidos, que no sabían leer ni escribir, toda esa pobreza, toda esa miseria, canaliza su deseo de ser alguien o de hacer un espacio que es lo que fue la Unidad Popular, que fue el depositario de una lucha ancestral”.  

Esteban también habló de la solidaridad que recibió el pueblo chileno después del golpe e incluso antes del golpe. Nueva Zelanda trajo al país en 1971 un grupo de líderes portuarios a trabajar con la central nacional de trabajadores, a estudiar ley portuaria, ley sindical, a preparar el tiempo de Allende. Cuenta que lamentablemente esos sindicalistas que vinieron a Nueva Zelanda y que fueron muy queridos acá, fueron asesinados durante el golpe militar.   También relata que una de las promesas que hizo el presidente Allende era incluír medio litro de leche para todos los niños de Chile, con la conciencia de que los niños pobres estaban mal nutridos y así no podían estudiar, pero como la leche en Chile no daba abasto, durante su gobierno se comenzó a comprar leche a Nueva Zelanda, reafirmando los lazos de solidaridad con el pueblo chileno desde ese entonces.

El tema central de la intervención del director de ALAC, estuvo fundamentada en la presencia de los líderes que resistieron el golpe militar, y que aún hoy, los que lograron sobrevivir, desde los diferentes lugares que habitan actualmente, mantienen viva la memoria de todo lo sucedido, “para que esa lucha que ocurrió y que ocurre en solidaridad con el pueblo de Chile que sufría la dictadura, que mantuvo viva la llama del apoyo al pueblo que empezaba a resistir, continue viva”. Él explica como la resistencia de Salvador Allende en La Moneda, con su AKA, no es solamente el ejemplo de él como el presidente que resiste frente a los ataques del ejército y de la fuerza aérea, sino que también se replica en el tiempo y empieza con pequeñas semillas”.

Pieza publicitaria de Salvador Allende como candidato a la presidencia.

En su presentación Esteban ilustra el nacimiento, formación e historia de diversos grupos que toman el llamado de Allende, como el MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria), entre otros, el rol fundamental que desempeñaron en los años posteriores al golpe y la importancia de sus acciones en aquel entonces. Aunque muchos de ellos fueron capturados, torturados, asesinados o desaparecidos, la semilla de sus luchas y de la resistencia sigue hoy vigente en las nuevas generaciones, como una luz de esperanza para el pueblo chileno.

Como prueba de ello, Esteban compartió una serie de testimonios en video de varios de esos líderes, algunos de ellos organizadores de la resistencia armada contra la dictadura, otros son estudiantes que en la actualidad han formado colectivos y grupos de resistencia. Unos desde Chile y otros desde el exilio en otros países, siguen reivindicando la memoria de sus compañeros muertos en combate, creyendo en el sueño de Allende y expresando su solidaridad con los retos que aún continúan vigentes.  

Estallido social en Valparaíso, el título de la muestra Fotográfica de Cristóbal Basaure Araya (2019).

Finalmente, Esteban sorprendió al público con la primicia de una bella canción que él compuso hace varios años, que relata la experiencia de él y de su familia en el marco de su lucha personal y colectiva desde el golpe y que dejó un hermoso mensaje de esperanza en quienes la escuchamos.           

Durante el evento, se realizó una exposición con obras del maestro Rafael de Armas, importante artista uruguayo radicado hace más de dos décadas en Nueva Zelanda. Las dos obras que el maestro donó hoy hacen parte de la colección de la memoria y existencia de ALAC.

La primera pintura se titula La marcha hacia las grandes alamedas.  Es una obra en la que el presidente Salvador Allende va encabezando la marcha, una marcha de la esperanza que sigue viva, y en la que va acompañado por muchos líderes latinoamericanos de izquierda, progresistas, libertarios, que hacen parte de la historia de nuestro continente, que comparten el sueño de Allende y que también han luchado o siguen luchando actualmente en defensa de la democracia en sus respectivos países.  

Pintura La marcha hacia las grandes alamedas del maestro Rafael de Armas. Óleo sobre lienzo.

La segunda obra, que encabeza este artículo, fue titulada por el maestro de Armas como La historia es nuestra. En ella se puede apreciar la figura fuerte, vigorosa y combativa de Allende, en medio del pueblo, de sus compatriotas trabajadores, copartidarios y ciudadanos del común que compartieron su sueño, con la que se le hace homenaje a este inmenso líder por el sacrificio que hizo por el pueblo chileno y latinoamericano en general.

La exposición incluyó una interesante serie de fotografías del chileno Cristóbal Basaure Araya, oriundo del puerto de Valparaíso, quien retrata a través de las imágenes las luchas que enfrentaron los estudiantes, trabajadores, ciudadanos y miembros de la primera línea contra la policía y fuerzas militares en Chile, durante las protestas que se realizaron en el año 2019, en el marco del estallido social, en la ciudad de Valparaíso.  

Las impactantes imágenes demuestran el profundo dolor, la impotencia, la inconformidad y el agotamiento del pueblo chileno ante la precarización de las condiciones de vida en que siguen sumidos los ciudadanos chilenos, que comenzó con el modelo económico neoliberal impuesto por la dictadura de Augusto Pinochet y que ha continuado empeorando la calidad de vida y bienestar de los chilenos bajo las políticas de indolencia y corrupción de los gobiernos sucesivos a la dictadura.  

Foto: Cristóbal Basaure Araya. Estallido social en Valparaíso, 2019.

De igual manera, fue expuesta una pancarta perteneciente al museo de los chilenos que viven actualmente en Auckland, realizada por varios de ellos en el año 1985, quienes llegaron a Nueva Zelanda desde hace varias décadas huyendo de la dictadura militar. Esta pancarta fue realizada con el objetivo de ilustrar la lucha constante del pueblo chileno en torno a su deseo del retorno de la democracia a su país, a la necesidad de justicia, libertad y reparación para todas las familias de chilenos en general que fueron asesinados, torturados y desaparecidos durante la dictadura, y también con el objetivo de ser utilizada en los diferentes eventos de protesta activa que los chilenos realizan activamente desde el país de la nube blanca.    

Pancarta sobre la reivindicación de las luchas del pueblo chileno. Autores: Chile Exiles NZ

El evento concluyó con una increíble interpretación musical a cargo del chileno Alexander Parker, quien deleitó al público con varios temas como Sobreviviendo de Víctor Heredia y la emblemática canción El derecho de vivir en paz, compuesta por el músico chileno Víctor Jara, asesinado durante la dictadura, y que se ha convertido casi en un himno para el pueblo chileno y latinoamericano en general.

“Colocado en un tránsito histórico pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que entregáramos a la conciencia digna de miles y miles de chilenos no podrá ser segada definitivamente. (…) Mucho más temprano que tarde de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor”. Esas fueron algunas de las últimas palabras que el presidente Salvador Allende expresó a sus compatriotas chilenos, a través de una emisión radial, horas antes de su muerte.

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