Épocas

Gabriel Cuello

<<< Nos solíamos quedar despiertos hasta tarde, escuchando música, pensando cada una de las palabras, tachando líneas y haciendo bollos con las hojas hasta que finalmente terminábamos una carta de puño y letra. La espera hasta saber que había llegado a destino siempre era ansiosa, era una costumbre sana de sorprender a alguien, de una caricia al alma.

Un día descubrimos que mandar un e-mail era súper cool y más rápido, nos ahorraba tiempo y la ansiedad no iba más allá de un click, hasta que nos acostumbramos y los tiempos cambiaron.

Me puse a pensar que hubiese sido de nosotros en una cuarentena sin internet, por que los buzones siguen estando>>>

Artículos relacionados